sábado, 15 de octubre de 2011

CUANDO REINA LA CODICIA (Página nº 349)



Hace mucho tiempo que la codicia de unos pocos se impuso a las necesidades del resto. Los gobiernos, las grandes empresas, la banca, han ido haciendo acopio de poder y riqueza impulsando, codiciosos, todo tipo de transformaciones que sólo han conseguido marcar las diferencias sociales y económicas, esquilmar la naturaleza en su beneficio y degradar los verdaderos derechos de sus sociedades. En muchos casos la trampa, esa zanahoria aparente sabrosa que blanden ante nuestras narices, es contarnos la milonga del desarrollo, el estado del bienestar, la calidad de vida, porque en el fondo nos tienen por lo que somos, codiciosos también pero segundo nivel, y con esa debilidad nos zuzan la zanahoria confiando en que aceptemos todas sus iniciativas que mantengan su estatus y satisfaga sus codicias de champions league.

Ahora vemos como de nuevo todo el dinero disponible puede servir, otra vez, para rescatar a los bancos, esos insaciables hijos de puta con balances siempre positivos. Nos intentan asustar citando un apocalipsis para el sistema y nos cuentan la pamema de que se hundirá nuestro sistema de vida estupendísimo. En realidad se les hundiria "su" sistema, que es lo que más temen los codiciosos. Por eso no escatimas recursos mientras descuidan a los verdaderos sostenedores que son los trabajadores, gravados con impuestos proporcionalmente más grandes y lesivos que los de los grandes empresarios, soportando como se imponen formas de contratación cada vez más precarias, como se desdeña el trabajo nacional para trasladarse a otros lugares donde la prioridad no es generar riqueza sino aumentar fortuna.

Y como los indignados han dejado de ser esa anécdota perroflautera ahora los denigran diciendo que son inadaptados, gentes sin expectativas. ¿Y qué querían, adapatarse a esta podredumbre moral, establecer expectativas en un sistema que desprecia la formación y sacrifica las condiciones dignas a la especulación y el dinero rápido? O les desdeñan generalizando y sin querer saber que entre ellos hay gente también valiosa y preparada.

Es lo que tiene la codicia, se retroalimenta entre legisladores, bancos y empresarios mientras los ciudadanos se van viendo desposeidos de sus trabajos, sus viviendas, sus ilusiones ante la máquina depredadora del dinero.

Hoy, 15-O, en muchas ciudades del mundo saldrán muchos indignados a la calle sabiendo quienes son los responsables, acercándose a los parlamentos y las sedes centrales de bolsas y bancos. Los codiciosos ven en peligro su estupenda forma de vida contruida sobre el esfuerzo de las mayorías porque la codicia requiere de ser pocos para repartirse más y los ciudadanos sólo les han interesado como simple coartada.

Viñeta de JRMora para esta jornada de movilización internacional:

1 comentario:

  1. Frase del día


    Como el miedo es el mayor suplicio de los tiranos, el crimen más irremisible a sus ojos, es hacerles sentir miedo.

    Jean Baptiste Say 1767-1832. Economista francés.

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