viernes, 14 de octubre de 2011

AUTOSANIDAD Y DESAMPARO (Página nº 345)

Los recortes, pese a que se nieguen, vienen de varios años para acá. También en Sanidad, donde se han visto acentuados en los últimos tiempos por una economía estrangulada por la mala gestión anterior y la torpeza de los nuevos gestores. Y todo ha dado lugar a que surja una nueva figura, la del enfermo que enviado a su casa con drenajes, postoperatorios y otras condiciones que antes mantenían a los enfermos hospitalizados algunas jornadas más ahora requieren de convertirse en autocurables, obligando a que sean ellos o sus familiares, personas generalmente no cualificadas para esas tareas, los que tengan que vigilar y hacer las curas.

Me cuentan el caso de varias personas que recién operadas, una vesícula por aquí, una extirpación del pecho por allá, y lo digo así para destacar la falta de amparo que merecerían esas situaciones de gran valor emocional, han sido enviadas a casa con drenajes o cicatrizaciones iniciales que, para los afectados, merecerían un trato más profesionalizado y un seguimiento directo de los sanitarios.

Pero la Sanidad se deshumaniza, cosifica a los enfermos descuidadndo esa segunda etapa tras la operación y fiándolo todo al buen hacer del propio enfermo o sus allegados. No creo que médicos y enfermeros estén satisfechos con esa situación ordenada por las circunstancias, pero lo cierto es que el desamparo está entre las sensaciones que perciben estos enfermos que, ya digo, en muchos casos, se sienten especialmente frágiles en esas circunstancias y con el peso de su enfermadad golpeando un ánimo en horas bajas.

Yo lo siento pero esta Sanidad tan fria y distante con el enfermo no me gusta nada.

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