La demagogia tiene una fuerza movilizadora impresionante y por eso los nacionalismos administran como nadie la munición. Los partidos nacionales también esgrimen la demagogia, unos desde su posición más o menos fija y otros cabalgando sobre la conveniencia puntual incluso a riesgo de dar numerosos bandazos. Y unos y otros no tienen inconveniente en sumarse a la orgía de despropósitos que convenga a sus particulares intereses.
Está sucediendo con el tema de la sentencia sobre el derecho a utilizar el castellano como lengua vehicular. Incluso hay amenazas claras de insumisión gubernamental de quienes tienen como primera obligación cumplir y hacer cumplir las leyes y sentencias. Y hasta un respaldo del Congreso que pretende desautorizar a los tribunales, porque no conformes con controlarlos políticamente pretenden ahora neutralizarlos.
La foto, como el lema de las concentraciones a favor de la lengua catalana, resultan paradójicas: "Por un pais de todos, la escuela en catalán", que es como esgrimir el derecho a la vida pidiendo que se ponga la pena de muerte, ¿o no? Si el país es de todos debería darse cabida a todos, incluidos los que desearan tener como lengua vehicular una lengua tan oficial como el castellano. Sin embargo el tema no es la amenaza real contra el catalán, consolidada como lengua escolar mayoritaria y por lo tanto sin riesgo real de desaparecer, sino la vía que permita una opción diferente en la enseñanza pública, y creer que la libertad consiste en impedir esa elección habla pésimamente del concepto que tienen estos políticos de esa aspiración natural de los hombres, la libertad de elegir.
Y si es la argumentación de la enmienda transacional impulsada por ERC en el Congreso y respaldada por todos exceptp el PP suena a cachondeo: han acordado respaldar el vigente modelo lingüístico en el sistema educativo catalán para el reconocimiento de la identidad y la lengua catalana. En el escrito han manifestado su apoyo «como garantía de cohesión social y de la plena igualdad de oportunidades, así como de la plena competencia lingüística y aprovechamiento escolar de todo el alumnado, tanto en catalán como en castellano a nivel oral y escrito, al final la etapa educativa obligatoria (ESO), tal y como demuestran los estudios comparativos que evalúan la calidad del sistema educativo catalán». ¿Plena igualdad de oportunidades?, impidiendo una opción y volcándose con la opuesta, ¿cohesión social?, que será entre ellos pero no hacia el resto de los ciudadanos de este país que es España, con los que parece que se pretende marcar distancia y rechazar toda cohesión.
Ya digo, independientemente de la opinión que tenga sobre el tema del catalán, que se utiliza políticamente y ha mediatizado algo de rango superior como es la educación, sometiéndola a este juego interesado y proselitista, lo que me parece lamentable es que utilicen argumentos que, precisamente, debieran servir para defender lo contrario, prueba de la demagogia y la manipulación a que someten los temas los políticos, y no necesariamente los nacionalistas, sino cualquiera de ellos, para exacerbar sentimientos, aparecer como víctimas e instrumentalizar a los ciudadanos para su propio interés. Todo un disparate pergeñado con una clara intencionalidad en cada caso que, para colmo, pretenden animar a la desobediencia civil contra las sentencias no compartidas, lo que en el fondo es un intento claro de dinamitar las reglas del juego.
Piensen ahora que como ciudadanos de a pie desobedeciéramos todas las sentencias que nos son contrarias o inaceptables, por bien fundamentadas y correctas que estas fueran. Piénsenlo, la carcel sería ineludible para nosotros, pero todo un gobierno esboza su insumisión, el incumplimiento de la sentencia, y una mayoría de diputados votan contra la sentencia respaldando la rebeldía y el desacato y adjurando de su promesa o juramento al tomar posesión del cargo. ¡Que circo de indeseables!¡cuánta degradación del sistema!,¡CUANTÍSIMA DEMAGOGIA MANIPULADORA!
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