Nunca he entendido demasiado esto de los 100 días de cortesía antes de criticar la gestión como no entiendo por qué tras ese centenario hay que hacer balance casi obligadamente.
Aunque admitamos que, para quienes no han ejercido el poder nunca o desde hace tiempo, es necesario una etapa de tránsito hasta que vayan cogiendo el punto al funcionamiento de la institución y recabando la información que el proceso requiere, lo cierto es que las decisiones se toman casi del primer momento y no pueden ser blindadas por ningún periodo de cortesía porque merecen el escrutinio público y político y en caso de desacierto ha de señalarse sin complejo alguno.
Pero hacer balance tras sólo 100 días, con los condicionantes mencionados, también parece atropellado y poco fiable.
¿Entonces? Entiendo que cabe perfectamente juzgar decisiones tomadas sin tener que hacer valoraciones precipitadas cuando apenas ha transcurrido un 7% de una legislatura que suele tener su periodo más álgido y determinante entre el segundo y cuarto curso político.
Y con ese planteamiento cabe posicionarse crítico con decisiones concretas o falta de ellas:
- Sueldos.- Mal hacemos comparando puesto que no existe un baremo objetivo entre ayuntamientos. Tampoco con los antecesores en el puesto cuando se utiliza como arma arrojadiza y se vuelve boomerang, que es lo que le ha ocurrido al PSOE daimieleño. Pero sí cabe contemplarlos como excesivos vistos los tiempos que corren o criticar abiertamente el desafortunado argumento empleado por la portavoz popular, aunque legalmente nada pueda objetarse.
- Asesores y cargos de confianza.- No es práctica nueva en Daimiel, a pesar de lo que se diga, y los responsables de medios de Díaz-Salazar (Moneo y Juan Elias), por poner algún ejemplo, tenían el mismo caracter y casi función aunque variase la nomenclatura y se obviase lo de asesores aunque eran cargos de confianza, alguno de ellos elevado a funcionario gracias al merito adquirido por su nombramiento a dedo. En eso Leo, al menos, fijó otra posición. Entonces lo que cabría criticar es la oportunidad y necesidad de esos nombramientos con esos condicionantes y en eso mi opinión es que no era necesario buscar gente de confianza si se confiara en los funcionarios y personal contratado que ya está haciendo esas funciones.
(Continuará)
¿Te acuerdas de Juan Serna, el de los jabones ecológicos o las gallinas negras? Otro cargo de confianza que cobraba una pasta con el PSOE ¿De qué sirvió aquello?
ResponderEliminarTambién pensé en él pero no recordaba el nombre. Gracias.
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