Luis Arroyo Zapatero, primo de su primo, ha sido cesado como Presidente del Patronato del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel a la par que Antonio Salinas, otro significado sociualista, lo ha sido en el Patronato del Parque Nacional de Cabañeros. Por lo que dice la noticia de ABC no hay, de momento, sustituto para Arroyo, persona que se ha significado, sobre todo y como cabía esperar, por su actitud seguidista de las políticas erráticas del Ministerio de Medio Ambiete y Medio Rural y Marítimo. Al fin y al cabo es un nombramiento político y no técnico y una manera más que emplea el poder de instrumentalizar patronatos y entes representativos para que nada se les escape a su control. Se ha ido y, seguramente no le echemos de menos.
El problema es que cabe esperar que a rey muerto haya un rey puesto con las mismas premisas de control e instrumentalización, un cargo político para dar cierto lustre eligiendo a algún afín representativo pero que nada represente realmente para la realidad del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Ójala me equivoque.
En definitiva si se quiere poner en valor el Patronato bien estaría apostar por gente comprometida, independiente, capaz, pero no suele ser este el camino elegido por los gobernantes que prefieren atar corto a todo lo que quede bajo su jurisdicción para ejercer un control y, a su manera, vampirizar la acción de estos entes consultivos.
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