Existen ya muchas muestras de que al actual equipo de gobierno le preocupa mucho la estética política, entendiendo como tal ese afán de marcar distancias con los usos anteriores, fueran buenos o malos, la necesidad perentoria de demostrar, en detalles, que ellos son diferentes, aunque sólo sea en aspectos casi anecdóticos.
El primero de todos fue subir a la Secretaria a la mesa que ocupaban exclusivamente los electos. Hasta se contó que ésta era una práctica habitual antes de llegar el PSOE a la alcaldía. Ahora comenzamos a rastrear otros detalles estéticos en la rueda de prensa que Mª Dolores Martín de Almagro ha dado hoy mismo o en otras realizadas en los días previos. Por ejemplo la manera de elegir al pregonero, la forma de conceder la Medalla de Oro de la ciudad, la elección del espacio público para celebrar esos actos, la incorporación de la demodé y casposa proclamación de las reinas y damas peñeras al acto anterior o la forma de designar a la empresa taurina que cogestionará, ¡esa es otra!, la organización del festejo de ferias.
Suele ocurrir con cada cambio de gobierno de cada administración. Les entra el afán de desmarcarse de los anteriores cambiándolo todo, intentando mostrar de forma tan pueril que ellos van a hacer las cosas de otro modo. Y aunque me reservo mi opinión sobre los cambios para otro momento, me parece que todo este trajín estético es una pérdida esteril de energía porque los verdaderos cambios, los profundos, son bastante más necesarios que este empeño ornamental para hacernos creer que tienen su propio estilo político.
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