No conozco a la mayoría de los que leen el blog. Ni tan siquiera suelo tener curiosidad en saber quienes son. Pero en bastantes ocasiones, bien por casualidad o porque directamente se acercan a mí y me lo hacen saber, sé de un buen número de lectores, muchos habituales y otros ocasionales, a los cuales, como es lógico, agradezco que me dediquen ese tiempo. Y de todos solamente una vez fue para reprocharme un comentario que ni tan siquiera era mío a cuenta de las relaciones entre compañeros de corporación, porque, como parece lógico, quienes te lo hacen saber habitualmente son personas a las que les gusta aunque no siempre estén de acuerdo.
Hay personas, incluso, que me preguntan primero si soy yo el del blog porque no terminan de estar seguros y quieren cerciorarse antes que nada de que se dirigen a la persona correcta. Y para mí es una sensación extraña, la verdad, porque aunque luego puede fluir perfectamente la conversación sobre ese vínculo que ha permitido el blog en principio, por mi timidez, me cuestan un poco estas situaciones. En la misma proporción, claro, que me reconforta después saber de esas personas, ya con rostro, para las que escribo y que me proporcionan, a la vez, cierto conocimiento de lo que les supone la existencia de este Daimiel Diario, que para la mayoría es un foro casi único de opinión en nuestra localidad.
Evidentemente que lo sea no significa otra cosa que otros foros alternativos han perdido fuelle y que que Ellos posibles no han surgido aún, pero también que la gente de Daimiel se interesa por los temas locales, crea sus propias opiniones y, a veces, encuentran aquí el vehículo para expresarlas.
Y aunque el blog ha tenido picos de 32.000 o 30.500 visitas (en enero o abril de este año), en los seis últimos meses se ha estabilizado entre las 25.500 y las 24.000 visitas, lo que hace una media diaria de más de 800 visitas, y creo que eso confirma lo dicho, que la gente se interesa por lo que pasa en su ciudad, gente en su gran mayoría anónima para mí y que tomaran de ochocientas formas distintas lo que aquí se escribe cada día.
Lo que sí ha cambiado, después de casi siete años escribiendo blogs, es aquella sensación de verdadero anonimato, cuando ignorado el autor, lo escrito en ellos iba desvestido de prejuicios hacia quien hubiera podido escribirlo. Hoy esto es impensable y no deja de ser una pérdida sensible.
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En realidad no se realizan las 800 visitas que se indican, si quieres leer un comentario de los que constan en la parte derecha, al pinchar sobre el, se computa como una entrada mas, por tanto no es real el numero de entradas que indica el contador.
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