Decir Corinna, porque decir la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgenstein es complicar las cosas, es hablar de un misterio. Eso sí, con cara y cuerpo, pero casi nada más porque es una especie de secreto de estado. Si hasta para hablar de ella se ha convocado al presidente del Centro Nacional de Inteligencia a la Comisión de Gastos Reservados, que es lo más de lo más de la discreción y el secretismo. Y todo lo demás es pura especulación, un misterio insondable que en los últimos días ha copado los medios tras salir en los papeles y correos del caso Noos y ponerse como loca a dar entrevistas.
Dejo estos dos sonetillos indagadores porque más que contar pregunta que pinta esta señora en todo este tema:
Corinna es secreto de estado,
nadie sabe su papel,
por quién se deja la piel
ni a lo que se ha dedicado
y es secreto tan guardado
que no se sabe de aquel
que le ponga el cascabel
a este asunto delicado
de la princesa alemana
con amistad tan cercana
a la corona española
que del palacio es vecina,
ella, tan rubia y divina,
y es asunto que trae cola.
¿Y quien es esa Corinna
con una escolta oficial
y relación especial
que viaja de Irán a China
con su estampa femenina
junto al séquito real?,
¿quien esa amiga leal
que junto al rey se encamina?
¿y quien la que ahora aparece
en todo lo que se cuece
de ese asunto de postín
y en los correos es nombrada
mucho más que de pasada
por Iñaki Urdangarín?
*
Como dice mi vecina... esta es una put. fina.
ResponderEliminarPara decirlo finamente podemos llamarla "subreina".
ResponderEliminarhttp://es.omg.yahoo.com/blogs/informaci%c3%b3n-confidencial/un-libro-destapa-las-supuestas-amantes-del-rey-102912118.html
ResponderEliminarParece ser que hay donde elegir.