Sería muy difícil encontrar a alguien que siendo objetivo no creyera que el criterio de proporcionalidad es el más acertado para la nayoría de las cuestiones. Y sin embargo a cada paso nos encontramos ejemplos de lo difícil que es aplicar esa proporcionalidad cuando no se han dado los pasos previos para garantizarla.
Lo vemos en la Justicia, con sentencias que serán muy ajustadas a la ley pero que comparadas parecen injustificables, pues aplican condenas que aparentan ser desproporcionadas cuando obtienen castigos semejantes delitos de muy diferente gravedad.
También ocurre administrativamente y recuerdo ahora lo de la multa de algún ayuntamiento por tirar chicles al suelo que alcanzaban los 3.000 euros y que luego ponían ridículas multas por conductas más graves. Aquí mismo en Daimiel orinar en la calle tenía una multa muy superior a la que se han impuesto por vertidos industriales contaminantes y siendo censurable el alivio de vejiga en la vía pública para nada es comparable a la incidencia de un vertido industrial contaminante.
Ahora veremos también como sucede con el asunto de los libros de texto y las becas. Si era desproporcionado dar libros gratis a quienes tenían medios más que sobrados para pagárselos ahora asistiremos a la desproporción que supone que no haya un control adecuado de los ingresos y que conozcamos casos hirientes de personas con posibles pero beneficiados porque las lagunas en estas cuestiones les favorecen. Ya conté en el Diario Improbable el caso de un empresario boyante que, sin embargo, en su declaración señalaba unos ingresos bastante inferiores al de cualquiera de sus empleados menos cualificados y mientras sus hijos eran premiados con las becas que convocaba el Ministerio para las economías más débiles él traía a sus vástagos en coche de altísima gama.
Ya sé que son los menos y que, en general, se acerca a la proporcionalidad necesaria. Pero la administración tampoco hace mucho por corregir la incidencia de estos casos que, por estar limitado el número de becas, terminan por perjudicar claramente a terceros que, seguro, tienen más necesidad de disponer de esas ayudas para un gasto tan puntual como oneroso para las familias que son los libros de texto.
La proporcionalidad es más justa y por tanto debiera avanzarse en garantizarla mejorando los mecanismos necesarios y que no lo están, en muchos aspectos, al día de hoy.
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La graruidad universal de los libros de textos nunca se puede considerar un privilegio sino un derecho, como es la sanidad, las medicinas y cualquier otro logro social alcanzado tras años de lucha de los obreros frente a los ricos y a los oligarcas. Si injusto es que los que puedan pagarlos tengan los libros gratis, también lo sería que fueran al médico sin pagar o hasta que circulen gratis por las carreteras hechas con el dinero de todos:de los menos afortunados también. Por eso nunca puedo estar de acuerdo en que los derechos se limiten solo para unos pocos,eso puede se injusto porque siempre habrá algún " listillo" que mentirá y estará dentro y algún poco avispado que injustamente se quedará fuera. Más justo sería una fiscalidad pregresiva y ajustada a la realidad económica de cada uno.
ResponderEliminarYo no tengo tan claro que la gratuidad universal de los libros de texto sea un derecho y sí el derecho a la educación. En cualquier caso entiendo que el acceso a los libros de texto ha de garantizarse total o parcialmente a quienes no tienen la capacidad real de poder adquirirlos sin merma de otras necesidades más perentorias, y para ello es necesario un sistema justo, proporcional, progresivo, que haga que el acceso a la educación no halle obstáculos de tipo económico.
ResponderEliminarLos derechos han de garantizarse pero no termino de ver que se extiendan ciertas cosas como derechos porque ni siquiera los libros de texto son obligatorios sino una opción muy extendida pero sustituible pues hay centros que elaboran sus propios materiales y no tienen libros de texto.
Lo gratuito es la educación y por ende los libros .
EliminarDe todas formas no somos pioneros en este derecho, que no privilegi., Francia- paradigma de la libertad y de la igualdad - hace décadas que lo tiene establecido... y funciona.
Dinos alguno colegio o instituto que prescinda totalmente de los libros de texto y funcione con apuntes y fotocopias. Yo te lo digo: NINGUNO
ResponderEliminarDe pequeño me enseñaron que la sabiduria siempre estará escrita, sea el Don Quijote de la Mancha o el diario Marca. Eso es insustituible e innegociable
No es cierto, hay colegios donde en algunos niveles no se utilizan libros de texto, sobre todo en Infantil y en Primer Ciclo. Cierto que son proyectos que necesitan de equipos estables y comprometidos y que necesita de mucho trabajo personal al margen de las clases pero existen, aunque sean los menos y no se vean favorecidos por la administración educativa, demasiado interesada en dar cientos de tareas administrativas absurdas que restan tiempo al trabajo grupal y los proyectos innovadores.
ResponderEliminarYo he conocido compañeros que trabajaban sin libro, elaborando materiales, y en el fondo ese debiera ser el camino.
Y esto no quiere decir que no se maneje material escrito (Quijote o Marca, por ejemplo) pero se parte de otro concepto ajeno a las editoriales.
ResponderEliminarAlgunos proyectos vienen funcionando desde hace más de una década y otros duran menos, cuando el equipo que lo impulsó se disgrega.
"Yo he conocido compañeros que trabajaban sin libro, elaborando materiales, y en el fondo ese debiera ser el camino" LLevas mucha razón en esto Totem. ¿Porqué no se elaboran materiales conjuntos en colaboración de todos los colegios de la localidad? Repartiendo el trabajo entre los docentes y mandando a las editoriales al carajo.
ResponderEliminarlos que hemos nacido en los ochenta hemos heredado libros,de hermanos, vecinosn y primos. Los que quisimos estudiar, estudiamos con los libfos dibujadoa en los margenes e intentamos no dibujar mucho para el que viniera detras. No por ello estamos menos preparados. Que se vuelva a tener los libros, durante tres o cuatro años y dejen de hacer el negocio aue hacen las editoriales cambiandolos todos los años, sin cambiar los cotenidos
ResponderEliminarCreo que estás en un error. Los libros de texto siguen teniendo una vigencia legal de 4 años, incluso los fungibles para Infantil y Primer Ciclo, y las editoriales están obligadas a mantener sus textos ese periodo. En cuanto a que los libros pasasen de hermanos a hermanos, primos o vecinos, o hasta que haya un "mercado de segunda mano", volverá a ocurrir con la eliminación de la gratuidad porque habrá familias que encuentren en esa fórmula un alivio a estos importantes gastos.
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