martes, 20 de marzo de 2012

"LA PEPA", SOBREVALORADA (Página nº 847)

No me parece mal que se celebre el aniversario de un idealismo, incluso aunque los fastos suelan ser aprovechados interesadamente por unos y otros y hasta suponga, en su exceso, un gasto mayor del que debería dedicársele. 200 años de una Constitución, la primera, que apostaba por plantear derechos impensables hasta ese momento, merecen un reconocimiento, incluso aunque casi hubiera que considerarla nonata, lo que seguramente haya ido en su beneficio y haya terminado por sobrevalorarla.
Sí, porque cualquier constitución que apueste por los derechos y libertades y se ajuste a parámetros de democracia es, en esencia, buena. Casi todas ellas, incluso, cuando se rigen por un ideal democrático y generoso suelen parecer, sobre el papel, ideales y casi perfectas. Pero luego necesitan pasar la prueba del algodón y como en la canción de Revolver el Principe Azul siempre destiñe. Porque lo importante no es que en su preámbulo y desarrollo se expongan elevados ideales sino que su aplicación garantice todo aquello que se expone allí y la realidad tenga un correlato con lo que inspira, y eso, desgraciadamente, no ha ocurrido nunca porque los intereses particulares se imponen a los generales y ayudan a degradar el espíritu inicial hasta convertir esa carta magna en puro formalismo.
La Constitución de 1812 tuvo, tiene, el valor del idealismo y el deseo de transformación política y social pero también la fortuna de haber quedado en eso porque no sería nada descabellado pensar que de haberla dejado desarrollarse unos y otros, que nuestra historia es la que es, también la habrían desnaturalizado, vaciado de valor, como ha pasado con la actual Constitución, convertida, a veces, en pura coartada.


*/*

3 comentarios:

  1. Las Constituciones aspiran a máximos y los políticos las dejan en mínimos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Rey y la Monarquía necesitan recuperarse de un invierno nefasto.
      El verano se prevee ardiente.

      Eliminar
  2. Yo estoy harto de tanta constitución, transición y Pepas. Poniendo como ejemplo el espíritu de consenso de hace treinta años y resulta que nos cambian la constitución en 2 dias los 2 partidos grandes. La Pepa y el homenaje al rey una mentira muy gorda, Fernándo VII el deseado la tiró para atrás en cuanto pudo y la iglesia en contra, como siempre en este país tirando de la cuerda hacia el lado contrario al progreso. Tan avanzada era la Pepa en su tiempo como la de 1931 y la de entonces ni se dice ni se recuerda.

    ResponderEliminar