sábado, 17 de marzo de 2012

OTRAS PEQUEÑAS CONTRADICCIONES (Página nº 839)

Vivimos en un país donde las estadísticas cuentan que casi un millón y medio de familias tienen a todos sus miembros activos sin empleo, que hay cinco millones y pico de parados, y sin embargo desconocemos cuantos son los que cobran por dos, tres, cuatro o más lados.

Vivimos en un país donde se eleva la edad de jubilación y la jornada laboral pero no se limita el acceso de individuos a varios consejos de administración con jugosos sueldos y escasísima tarea y a los que se llega por cupo representativo o incluso como gesto hacia los gobernantes.

Vivimos en un país donde los hermanísimos, cuñadísimos, maridísimos, esposísimas y sobrinísimos pululan por todos lados vinculados a empresas públicas o con participación importante de la administración, fundaciones, órganos de la administración, sin que conozcamos su verdadera competencia. Si son tan brillantes ¿cómo es que no se han labrado muchos de ellos un porvenir fuera de la órbita del poder? Y si son tan mediocres ¿por qué ocupan puestos que no tengan la sospecha del enchufismo, de la dedocracia?

Llevamos más treinta años de democracia y continuamos repitiendo esos modelos abusivos, degradantes, despreciables, realmente odiosos, mientras ahora vemos como mucha gente preparada, formada, coge las maletas para buscarse la vida en otros paises. No importa quienes gobiernen, las siglas que los agojan, porque los modelos se repiten y la "casa de colocación" que son nuestras administraciones no hace nada por corregir esta vergüenza y desprenderse de todos esos vicios que debieran ser comprensibles, si acaso, únicamente a regímenes dictatoriales y faltos de verdadera democracia.

No hace falta dar nombres, los hay por millares en nuestra pequeña historia democrática, desde el Gobierno de España a las administraciones locales, atesorando un botín de precedentes impresionante.
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2 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo.

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  2. Falta el fraude fiscal y se que se haga justicia para los robos de guante blanco.

    También debería ser un delito la mala gestión y el despilfarro de algunos cargos públicos.

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