LA PRIMERA EXPOSICIÓN INDIVIDUAL DE MANOLO (Página nº 795)

En Daimiel será siempre, posiblemente, Manolo o Manolito el del Estanco según edades pero para mí es Manolo Muñoz de Morales, un artista con mentalidad y talento de artista, una de esas personas a las que sigo y admiro en el plano creativo. Porque mucho antes de conocerlo y cuando iba con mi padre al estanco de la calle Fontecha me quedaba embobado mirando aquellos cuadros geométricos, con cables y piezas, que decoraban el pequeño habitáculo de la expendeduría de su padre. No sé por qué me producían esa fascinación aquellas obras de formato más bien pequeño.

Recuerdo que mi padre me hablaba de Manolito porque ya entonces se apreciaba que aquel chaval pintaba muy bien y merecía la atención de sus paisanos. Poco después, o por entonces quizá, en 1969, Manolo hizo su primera exposición individual en Daimiel y cuyo breve he encontrado en estos días en la hemeroteca. Fue en el Casino de la Armonía, entonces punto neurálgico de la cultura local, un buen sitio para esa puesta inicial de largo que representa exponer por primera vez parte de la obra realizada y someterse al escrutinio público de sus vecinos:



Yo, sin embargo, recuerdo más aquella otra que se realizó en el edificio de la Caja Rural, a mediados de los setenta, un espacio infrautilizado, por cierto, y en el que mi fascinación ante los pequeños cuadros del estanco se multiplicó tras varias visitas.

Después hasta he participado con algunos poemas en los catálogos de sus últimas exposiciones y hasta elegí como motivo de portada de mi libro de poesía una escultura de Manolo que ocupa un sitio especial en mi casa.

Por eso, al encontrar la reseña de aquella exposición en la hemeroteca de Lanza, he querido traerla aquí y reivindicar a un artista local al que sinceramente admiro y que siempre me sorprende.

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