No soy monárquico como no soy antomonárquico. No soy republicano como tampoco antirrepublicano. Soy, en esto, bastante pragmático y me parece que lo importante es que la democracia funcione adecuadamente. Critico aspectos de la monarquía española como me hace temblar pensar en un Zapatero presidente de la República, y no siendo ni una y otra deleznables por sí mismas como sistemas me interesa que sean, en todo caso, lo más ejemplares posibles en todos sus aspectos.
En el caso de Urdangarín lo que es exigible, y no estoy seguro de que esperable, es que antes que nadie sea la propia Corona quien corra a exigir responsabilidades si hubiera lugar y que se paguen sea quien sea el culpable si la Justicia demuestra, limpiamente y sin dejarse llevar por los efectos que pueda causar, tal culpabilidad. Y las dudas no me las ofrece sólo el papel de la Corona en este caso sino el propio sistema, gobiernos saliente y entrante incluidos y tribunales.
Lo cierto es que el llamado caso Urdangarín pinta feo, de principio, y por eso me han gustado estas dos viñetas de Eneko (20 minutos.es) y El Roto (El País), que siendo convencidos republicanos aquí ofrecen una realidad, y es que la monarquía debe ser además de aparentar una institución fiable, seria, inmaculada, cosa exigible por igual a tribunales, gobiernos o presidencias de república si fuera el caso. Ni más ni menos.
Estas viñeta de Eneko ha despertado todo tipo de reacciones pero la propia Casa Real parece haber comenzado a dar algún paso contra la opacidad de sus cuentas. La de El Roto es lo que es, una verdad incuestionable tratada sobre el objeto pero con una carga de profundidad evidente sobre el papel institucional de la monarquía..
Aquí las dejo:
Eneko, 12 de diciembre de 2012
El Roto, 10 de diciembre de 2011
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