martes, 20 de diciembre de 2011
OTRA DE FUNCIONARIOS (Página nº 569)
Ahora toca de nuevo sacudirle a los funcionarios, que en periodo de crisis parece ser el mejor y más económico "puching-ball". Se les baja el complemento específico un 10% puesto que cuando les bajaron antes el 5% total ni protestaron y asunto resuelto. Porque los funcionarios, que al parecer son un todo uniforme, merecen eso y más por ser todos enchufados, vagos, aprovechados e insolidarios.
La gente tiene poca memoria y escaso deseo de discernir, por eso le ponen cara al funcionario y encuentran en él que carece de méritos, lee el periódico, toma cafés de hora y media, se muestran maleducados, aprovechan el teléfono de la oficina para llamar a alguna línea erótica o el ordenador para jugar al solitario. Si logran adjudicarles varias y todas estas características será más fácil convencerse que tienen la culpa de todo y que los recortes deben ir contra ellos.
Yo he conocido funcionarios de todo tipo, a veces me he cabreado cuando he requerido de algunos de ellos, pero eso no me ha hecho olvidarme de los que han contribuido a resolverme un problema y atenderme con diligencia y acierto. También he conocido fontaneros, carpinteros, mecánicos, abogados, lamentables todos ellos, pero no he dejado de encontrarme gente competente y fiable también.
Parece demasiado sencillo generalizar cuando hay gente que ha luchado mucho por alcanzar una plaza, que ha estudiado después una barbaridad para promocionar en su trabajo, que se recicla constantemente. Es preferible pensar que los han metido ahí y ya no quieren hacer ni el "güevo" y sólo esperan el fin de mes para cobrar.
Parece demasiado sencillo creer que todos los funcionarios tienen un sueldazo. Es preferible a pensar que existen muchos niveles y categorías y algunas de ellas tienen ingresos que nos parecerían inaceptables para nosotros.
Parece demasiado sencillo atribuir todos los males a los funcionarios, que lo son no por herencia sino porque los políticos decidieron una y otra vez convocar oposiciones, la mayoría libres y accesibles a muchas personas. Y como todos conocemos malos funcionarios, que por supuesto los hay, pues ya tenemos la coartada perfecta para demonizarlos. Que son muchos y de eso también se les culpa ahora, como si ellos fueran los que crearan las plazas.
Esta viñeta de Alcobendas aparecía en La Tribuna de Ciudad Real el pasado jueves. Me alegró el dentista:
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