Ahora es la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, la que ha dado en pregonar los brotes verdes que dice vislumbrar. Como dice Lolo en su viñeta, en "La Crónica de León", yo creo que los ven porque se los fuman, pues esto de los brotes verdes no cuela, se agarran sólo a las cifras que parecen más favorables e ignoran todas aquellas que, tercas, presentan la economía como un erial que aún no ha tocado fondo.
Como todos tenemos presente el recuerdo del primer "fumeta" de brotes verdes, ese supervisor de nubes leones, que dijo verlos hace ya más de dos años y sólo basta ver el panorama de su enorme error, difícilmente podemos creer a ésta émula broteverdiana que ve asomar el verde entre las nuevas decenas de miles de nuevos parados, ¡que ya es ver!, y que merece sonetillo compartido con su antecesor en el fumeque irreal:
¿Brotes verdes?, ¡que coloque!,
ahora que todo es desierto
y todo nos huele a muerto
por más que Fátima invoque,
que lo suyo ya es desboque
para llevarnos al huerto
con algo tan nada cierto
por mucho que lo trastoque,
que ya vendió esa mentira
quien miente más que respira,
el ínclito Zapatero,
y con Báñez no nos cuela
ésta aburrida secuela
imitando al embustero.
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