¿ES DAIMIEL UN PUEBLO PINTORESCO? (Página nº 1387)

Aparecía en la edición digital de Las Provincias un reportaje titulado "En un lugar de La Mancha: Almagro y Daimiel". Sin duda que es bueno que aparezcan este tipo de textos aunque éste en concreto parezca que tira más de tópico que otra cosa. Pero lo que me ha hecho escribir esta entrada es esto:

"(La Mancha) Acoge en su interior pueblos tan pintorescos como Almagro o Daimiel"

Y claro, esto me ha hecho preguntarme si Daimiel es, de verdad, un pueblo pintoresco, porque a mí no me lo parece ya, y aunque creo que puede ser merecedor de otros adjetivos positivos, éste no me encaja.

Vale que si acudimos al diccionario de la RAE tenemos, entre las tres definiciones, éstas:

1- Se dice de los paisajes, escenas, tipos, costumbres y de cuanto puede presentar una imagen peculiar y con cualidades plásticas.

3- Estrafalario, chocante.

Si es pintoresco por ser pintable, todos los pueblos pueden serlo, pero la peculiaridad en Daimiel ciudad es bastante cuestionable y desde luego por chocante o estrafalario tampoco es aceptable. Puede que pudiera serlo en los cincuenta o en los sesenta, cuando ese poblachón de calles encaladas, uniforme en alturas, reconocible en cualquier imagen de villa manchega, le otorgaba una cierta personalidad reconocible. Pero no después, cuando Daimiel entendió el progreso de manera tan caprichosa y arbitraria que fue demudando en impersonal, vulgar, en esa amalgama de fachadas desiguales, horrorosas en su carente armonía, permitidas sin criterio estético y arramblando con toda construcción autóctona hasta dejar éstas en apenas un ramillete de supervivientes de menor rango. Porque aquí, quede claro, se ha derribado todo menos lo que, por razones obvias, no se podía tocar, como han sido las iglesias y ermitas. Y ni eso, porque en el caso de la que fuera posada, la Casa de Los Cantos Gordos, a pesar de conservarse malamente la fachada, se ha permitido que su interior, conservado hasta los setenta, haya desaparecido completamente bajo nuevas y descontroladas construcciones hasta quedar irreconocible. Y la consecuencia es que el patrimonio monumental y arquitectónico se haya reducido a la mínima expresión y, a mi juicio, el pintoresquismo potencial ya no sea una singularidad con la que adjetivar.

Nunca he estado en contra del progreso; sí del progreso depredador, insaciable, descontrolado, que ignora el equilibrio, la armonía, el maridaje entre los nuevos tiempos y la propia imagen general del pueblo en el que se preserven sus valores arquitectónicos sin distorsionarlos ni, peor, destruirlos.

No, no somos un pueblo pintoresco, ni que guarde la estética manchega, somos otra cosa, con sus virtudes y sus defectos, y donde el agarre turístico apenas cuenta por las aportaciones urbanas pues sus pilares son  o pueden serlo potencialmente extraurbanos, gracias a Las Tablas de Daimiel o la Motilla del Azuer.

Por cierto, he aquí lo que dice de nuestro pueblo/ciudad:

"Pero en sí misma, Daimiel es importante por ser enclave vitivinícola, agropecuario e industrial del Campo de Calatrava. Pasear por el pueblo, y degustar su comida, típica manchega, de carnes y caza, y como no, el famoso pisto manchego. Muy recomendable además, y aunque quede mucho otoño e invierno, visitar sus calles en Semana Santa. Porque fue declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, en el año 2002."

Enlace:

http://blogs.lasprovincias.es/elmundoalacarta/2012/10/28/en-un-lugar-de-la-mancha-almagro-y-daimiel/