Me dice un amigo, lector de el blog, que al botellódromo le llaman, popularmente, "La Majá". Lo que sí parece claro es que casi nadie la llama la zona de ocio nocturno y prefieren términos más directos con el uso que allí se da, que es ser punto de reunión y botellón.
Pero no es éste el tema de esta entrada sino volver al asunto tras un tiempo de funcionamiento. Y en esto cabe admitir que si se trataba de concentrar dicho botellón en una zona durante los fines de semana pues ha conseguido su objetivo y, por tanto, al menos en el verano, ha resultado un éxito. Y digo esto porque los jóvenes parecen haber aceptado esa ubicación para la modalidad de ocio tan elemental y básica que es sentarse a beber y hablar.
Sin embargo admitir ese éxito no me distrae de mi opinión sobre lo que debería ofrecer una zona de ocio que quiera denominarse como tal y que queda muy lejos de lo ofertado, de momento, aunque quedaron en el aire las declaraciones del concejal sobre otras iniciativas futuras que no monopolizasen el lugar como mero "abrevadero". Y tampoco sobre el hecho evidente de que allí se siga consumiendo alcohol por parte de chavales que no tienen edad legal para hacerlo y, además, con el agravante de ser unas instalaciones municipales en las que se están dando estas circunstancias prohibidas por la ley, lo que no deja de ser lamentablemente muy reprochable, poco ejemplar.
Por otro lado, incluso aceptando estas condiciones, que tampoco lo haré, el uso del botellódromo casi exclusivamente en fines de semana y festivos no ha terminado de resolver otra cuestión, recién reglamentada, porque quizá por ser verano y estar de vacaciones, es fácil encontrarse en otros parques de la localidad a grupos de chavales haciendo botellón los días de diario. Los he visto en el Barrio del Pilar, en la Avenida de las Flores. Y aunque lógicamente son grupos reducidos y posiblemente no generen ruidos y molestias relevantes lo cierto es que se pasan por el forro la nueva ordenanza, cuyo objetivo se formuló claramente en rueda de prensa como la prohibición del botellón en cualquier punto público salvo el espacio destinado a ello tras la zona del Pabellón Polideportivo, y como tampoco es que se haga demasiado por hacer cumplir las ordenanzas, dejadas a la buena voluntad de los ciudadanos, pues no ha de extrañar que prolifere en estas semanas mientras el tiempo ayude. Quizá confíen en que el invierno elimine el problema, pero esa tampoco parece la forma de abordar la situación. Igual que tampoco se está haciendo nada visible por evitar la venta de alcohol a menores, traspasando la responsabilidad a los vendedores, como si estos ya no hubieran dado muestra clara de que les importa tres... a quiénes proveer de esas bebidas mientras el dinero caiga en la caja.
Un poquito más de compromiso, de esfuerzo, nos vendría a todos muy bien.
Por mucho éxito que tenga este tipo de construcciones, para mi siempre será un símbolo del fracaso de la educación.
ResponderEliminarLo mismo opino,
ResponderEliminarque desde las escuelas y despues en los institutos en donde se tiene que comenzar para que en el futuro cuando los niños empiecen a salir del nido no se dediquen a beber, por tanto algo falla en uno de los eslabones de la cadena, cuando la juventud se dedica a la bebida
Las escuelas son el inicio para inculcar el no al alcohol y que cada uno asuma su responsabilidad en este asunto, sin tampoco dejar de lado el entorno familiar.
Los padres son el inicio. La escuela en ese sentido es un complemento.
EliminarAhora resulta que la culpa del botellón la tiene la escuela y los maestros y profesores. Mira a tu alrededor y echa un vistazo a las familias modernas que soportamos ahora: desectructuradas, sin trabajo muchas de ellas, SIN VALORES, ni nada que se le parezca. El botellón es un fracaso de la sociedad tan monstruosa que nos han levantado entre todos y que nadie hace nada por derribarla, solo ser sumisos y abnegados a ella. La educación tendrá su parte de culpa pero el porcentaje mayor se lo lleva la familia, víctima de la sociedad tan inhumana en la que vivimos y que en España alcanza su máximi nivel.
EliminarPues tampoco es así. Hay gente de botellón cuyas familias están totalmente estructuradas, tiene valores. Hay gente de botellón que tiene carreras técnicas. Es una forma de ocio nocturno tan valida como ir a un bar, lo que pasa es que hay que saber regularla.
EliminarLas escuelas serán el inicio para inculcar el no al alcohol pero mientras el ayuntamiento consienta y no persiga la venta de alcohol a menores, fomente el ocio botellonero, facilite que los menores de edad incumplan bebiendo alcohol en instalaciones municipales y las familias vean normal que sus nenes cojan una buena mierda, como ellos mismos de chavales, la escuela servirá de bien poco.
ResponderEliminarpero desde un principio hay que poner los pilares enseñando en la escuela y sin dejar de insistir despues en las siguientes etapas educativas por las que pasa cualquier joven
ResponderEliminarpor tu opinión se puede deducir que la educación tampoco les importa a los padres
si no empezamos a enseñar a los niños en la escuela que el alcohol no es conveniente, mal vamos
toda la vida hemos bebido alcohol,en cercados en huertas
ResponderEliminarParece que ahora es algo diferente y lo unico que cambia
es, que antes nuestros padres no nos permitian beber delante de ellos ni fumar.No digais mas tonterias por favor.
Dar por bueno algo porque también se hacía antes es bastante tonto. Hay cantidad de cosas que antes se hacían y ahora no porque somos capaces de entender lo que se puede hacer mejor.
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