sábado, 4 de agosto de 2012

LOS PERROS NO SABEN LEER (Página nº 1207)

Y es indudable que algunos de sus dueños tampoco. O simplemente les importa una mierda cumplir con las ordenanzas, respetar las prohibiciones o tomar en cuenta a los demás.

Lo digo porque ayer, como otros muchos días, mientras me tomaba un refresco junto a mis amigos, veía algún que otro perro, con dueño, campar a sus anchas metido en los parterres de tierra, entre las plantas, y eso sin percatarme, hasta un rato después, de las nuevas placas instaladas que prohiben, precisamente, y "por respeto a los demás usuarios", la "estancia de perros en esta zona verde":


Por supuesto que no se me ocurriría echarle la culpa a los canes, por eso lo de que los perros no saben leer, sino a quienes adquieren, sin saberlo o con pleno conocimiento, la responsabilidad de tener una mascota y pasan de cumplir lo que es obvio, haya placas o no.

Por cierto, que más incluso que los perros, son numerosos los niños y no tan niños que atraviesan los jardines sin rubor o incluso lo toman como su lugar de recreo y juego, con estragos evidentes en las plantas allí colocadas ornamentalmente, y en muchos casos, también, con la despreocupación o incluso anuencia y aliento, en algún caso, de los padres, como sucedía anoche mismo. Y no se trata de que haya que duplicar carteles que recen que no está permitida la estancia de niños y niñas en las zonas verdes, no es eso, sino que las personas sean capaces de hacer un ejercicio de responsabilidad, civismo y respeto por esos espacios y, sobre todo, ejerzan de padres y madres con un poquito más celo.

Pero ya sabemos, estamos en España, donde proliferan los carteles y señales inútiles, porque ni se dan los mecanismos adecuados para corregir conductas, ni se vigila el cumplimiento de las normas ni tenemos la cultura cívica necesaria para comportarnos debidamente simplemente por respeto al resto de personas que nos rodean. Eso sí que es, también, un gran déficit de nuestra sociedad que, desde luego, parece ir aumentando cada año.



2 comentarios:

  1. Cuando veo estos comportamientos de dueños de perros, niños, padres de niños, conductores de bicicleta y escupidores varios, me acuerdo de mi madre y de algún cachete propinado por la susodicha advirtiendome de la infracción del momento. No digo yo que fuera bueno el cachete pero por lo menos paraba en seco un mal comportamiento que se razonaba después.

    No entiendo como hemos llegado a esta situación teniendo en cuenta lo estrictos que eran antes con estas pequeñas faltas de civismo.

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  2. LUEGO NOS QUEJAMOS CUANDO NOS PONEN UNA MULTA,PERO SÓLO REACCIONAMOS CUANDO NOS DAN PALOS DE BOLSILLO

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