martes, 27 de marzo de 2012

LA IMPERSONALIDAD MÁS PERSONAL (Página nº 867)

Me contaba un amigo que, unos días antes, hablando con otra persona con la que le une también amistad, ésta le había informado de que a su hija le había dejado el novio y que lo había hecho a través del whatsApp. Mi amigo, como yo hasta hece unos meses, no sabía qué narices era eso del "guasap" y hubieron de explicarle que el cenutrio en cuestión no había tenido otra forma de romper la relación que a través de una aplicación telefónica de mensajería instantánea gratuita muy común ahora y que provoca casi adicción entre sus usuarios.

A mí, sin embargo, me parece lamentable que personas a las que se supone una intimidad y confianza sean incapaces de afrontar, cara a cara, una situación tan importante y tengan que refugiarse en esa tecnología cobarde, escapista, que pareciendo ser un prodigio para personalizar la comunicación en determinados momentos termina siendo el paradigma de lo impersonal, lo vacuo, lo insustancial.

En el fondo las redes sociales, a pesar de sus evidentes ventajas, terminan relegando las relaciones personales directas, con esos matices de empatía que jamás podrán suplirse desde la tecnología y que, desde luego, forman mucho más nuestra personalidad desde ese contacto directo, de afrontar las circunstancias, de convivir y confrontar, que esta moda tras la que nos encondemos y que, así se reconoce, resulta un paraiso para los tímidos porque, de alguna manera, asoman al mundo desde esa otra coraza del anonimato y pueden suplantar parcialmente otras personalidades más arrojadas y atrevidas pero menos auténticas.

No sé, si ya no sabemos abordar las situaciones más importantes de nuestra vida, las que forjan la personalidad, y delegamos en artefactos y aplicaciones para escurrir el bulto, que no minimizar el impacto en el otro, es que estamos desposeyendo a las relaciones personales de su factor más humano y emotivo, del verdadero valor esencial que estas poseen, y en ese sentido su aportación me parece negativa, restrictiva, empobrecedora, bien triste.

Para ilustrar dejo este corto que presentado al certamen Notodofilmfest.com en su edición actual y que ha tenido una buena acogida en internet y que está en castellano. Su protagonista, claro, el whatsapp:





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