Hoy entran en vigor los nuevos precios de los medicamentos que, a la baja, igualarán los de los genéricos, acabando con la prevalencia de estos sobre las marcas que, así, recuperarán una cuota de mercado que habían perdido. Ahora los facultativos recetarán el principio activo para que el farmaceútico dispense el más barato, lo que hará que la industria dispute esa condición en sus productos.
Lo primero que se me ha venido a la cabeza es una pregunta: ¿Cuánto tiempo hemos venido pagando mucho más de lo que vale un medicamento si, como vemos ahora, era perfectamente posible bajar los precios un 10, un 20 y hasta un 30 por ciento?
Voy a empezar a creer, con todos mis respetos para quienes son las principales víctimas de esta época crítica, que las crisis son imprescindibles para reconducir los abusos, los excesos y las desviaciones interesadas. Y digo esto porque sólo en periodos de escasez la administración, obligada por los imponderables, es capaz de legislar con cierto sentido común.
En todos estos años la industria farmaceútica ha hecho y deshecho a su antojo, abusando de su posición de poder, imponiendo presentaciones delirantes de sus productos que obligaban a comprar medicinas de más que no necesitabas y acababan llenando los armarios. Por ejemplo, si te prescribían un antibiotico de siete días la caja contenía tratamiento para sólo cinco obligándote a conseguir una nueva receta para esos dos días restantes y condenando el resto a la basura pasada la fecha de caducidad. Eso generaba tantas ganancias a la industria como lesionaba las cuentas de la Seguridad Social y los bolsillos particulares.
Sinceramente, uno no puede evitar esa sensación de haberse sentido robado durante tantos años, ahora que las recientes decisiones, de lo poco potable de este gobierno desastroso, parecen reconducir la situación.
Enlace a la noticia:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/10/31/noticias/1320053851.html
http://www.publico.es/ciencias/404341/los-medicos-tendran-que-recetar-por-principio-activo-desde-manana
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