EL SOCIALISTA ORGULLOSO (Página nº 377)

José María Barreda dice, en su periplo por la geografía ciudarrealeña como candidato al Congreso, que se siente orgulloso de la labor realizada en su etapa de presidente de Castilla-La Mancha, ya que “lo único que he hecho ha sido dejarme la piel, trabajar incansablemente los 365 días del año para sumar junto a ese gran esfuerzo colectivo de los castellano-manchegos para que nuestra tierra diera el salto adelante que necesitaba”.

Me sigue sorprendiendo todavía que los políticos sigan usando el mismo recurso de su entrega como excusa a su gestión. Uno ya sabe que un cargo de la entidad de una presidencia de un gobierno regional requiere de trabajar muchísimo y no tener garantizados los días de descanso prefijados, pero que se ampare en eso, que ya sabemos que viene con el propio cargo, para eximirse de responsabilidad habla poco y mal de Barreda. Él, como antes Antonio Fernández-Galiano, Gonzalo Payo, Jesús Fuentes y José Bono, y después Mª Dolores De Cospedal, por su condición de presidentes preautonómicos unos y autonómicos otros podrán alegar el mucho trabajo que exige su puesto y el mucho tiempo que requería incluso usurpando parte de sus teóricos días de descanso, pero en ningún caso eso puede provocar orgullo siendo obligación ni puede esconder lo verdaderamente importante que es el balance final de sus gestiones y a la vista de ello lo único que se puede decir de Barreda es que, teniendo bastantes claros, presenta graves oscuros, demasiados para emborronar todo orgullo.

Entiendo su papelón, tener que ir por los pueblos de la provincia diciendo lo que hizo bien y callando estos tremendos errores de los que parece querer culpar a los hados sin ver ninguna responsabilidad propia, intentando presentarse ante los ciudarrealeños como el candidato ideal sin que se tengan presentes los inmensos lamparones éticos y de gestión que acumula.

Nunca trabajar mucho, dejarse la piel, sirven de excusa si se ha trabajado mal, con desacierto, con propensión a ayudar a los amiguetes, sin previsión de controlar la economía alegando que él no es contable, siendo el mayor generador regional de cierre de pequeñas empresas por sus impagos y de paro por esa misma razón y alcanzando de su mano una deuda descomunal sin parangón con otras comunidades.

No, señor Barreda, asuma responsabilidades y no se postule como víctima de las circunstancias, que sólo dejarse la piel y trabajar hasta los domingos no exime de haberlo hecho fatal. A otro perro con ese hueso.