Aunque parezca mentira me alegra ver en daimiel.es el reconocimiento de que existen robos, como ha contado hoy Gregorio Díaz del Campo. No me alegro por los robos, claro, sino porque se admita el problema ya que es bien sabido que con el PSOE jamás aparecía en la web municipal noticia alguna de los innumerables robos producidos y como mucho se daba crónica de los ladrones cuando eran capturados.
Ahora, pues, se roba, igual que antes, pero se cuenta. Los medios de comunicación locales se hacen eco y no detraen, a instancias políticas, una información necesaria. Y la importancia estriba en que el conocimiento de los delitos no hace a Daimiel más inseguro sino al contrario, porque cuando la gente tiene presente lo que está sucediendo, ahora especialmente en el campo, puede tomar medidas más eficaces conocedores de la situación.
En Daimiel, como en los muchos pueblos de alrededor, se está padeciendo esta ola de robos que ha de contar siempre con la complicidad de chatarreros o particulares que aceptan el trapicheo conocido de material robado, y en eso tiene razón el concejal, si hubiera buena voluntad y honestidad la mayoría de estos robos no existirían, pero esta vez de verdad, pues sólo que existan compradores hace rentable el robo.
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