Los flamencos defecan en la laguna de Navaseca. También remueven el fondo del encharcamiento. Lo dice Gregorio Díaz del Campo, que ha encontrado en estas aves la explicación más ajustada para explicar que en los últimos años se estén repitiendo brotes de botulismo en este espacio. Nada que ver con la calidad del agua vertida a la laguna, según él, que ya ha repetido hasta la saciedad que cumple los mínimos. Pero el botulismo se está volviendo "endémico" en Navaseca, en una frecuencia que, a mi entender, exculpa más a los flamencos que a la gestión de esa laguna y a las condiciones del agua que la alimenta. Lo que ocurre es que se carece de autocrítica, todos barren hacia afuera y comenzamos a tomar estos episodios recurrentes de intoxicación como inevitables, lo cual es más que discutible, y eso implica bajar la guardia y llenarse de un conformismo inmovilizante.
Mientras tanto se culpabiliza a estas aves, renegando del sempiterno factor humano que termina actuando como activador y, también, desencadenante de la mayoría de los desastres mediambientales. Y es evidente que la no asunción de esa parte alicuota de responsabilidad sólo pospone arbitrar las debidas soluciones.
Dejo, eso sí, para ilustrar, un vídeo cortito de imágenes de flamencos correspondientes a un documental de Disney:
No es culpa de Gregorio lo que sucede ni están en sus manos la gestión directa de las soluciones pero, para decir lo que dice, mejor que se quede calladito y nos evite el bochorno. Trabajen, presionen, para conseguir que quienes tienen el verdadero peso de las soluciones espabilen y actúen, y dejemos a los flamencos en paz.
Dejo, eso sí, para ilustrar, un vídeo cortito de imágenes de flamencos correspondientes a un documental de Disney:
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