¿En qué se diferencian las programaciones de RTCM, canal público de Castilla-La Mancha, en sus etapas socialista y ahora popular?
Incluso admitiendo que acaban de empezar los populares esa etapa post-Candau, y aunque Nacho Villa no provoque en mí la mínima esperanza de regeneración y mejora, las diferencias entre una programación y otra ofrecen alguna diferencia.
¿Serán los toros? ¡Frio, frio!, si no querías caldo toma dos tazas. Los toros seguirán siendo la estrella del finde y más ahora que a la Cospedal le ha venido el deseo de continuar la iniciativa de Barreda y promover su declaración como BIC, que no es un boli, sino las siglas de Bien de Interés Cultural.
¿Serán las pelis de la tarde? ¡Que va, que va, si le han comprado a Cerezo todo el fondo filmográfico de peliculas de pistoleros, que es casi la totalidad de las pelis que existen en la historia del cine, y tienen para varias legislaturas!
¿Será la caspa de José Luis Moreno? ¡Anda qué... pues claro que no, seguro que este tipo seguirá produciendo homenajes televisivos y programas de variedades con artistas venidos a menos y humor cutre, bien por contratos a largo plazo o porque es endémico a la televisión castellano-manchega pues lleva desde el principio vendiendo la misma basura?
¿Acaso los informativos? Si el cambio consiste exclusivamente en cambiar el cromo Cospedal por el cromo Barreda y dedicar todo el tiempo, como antes, a dar jaboncillo al nuevo cromo, poco cambio es.
No, el nuevo cambio es parecerse a Telemadrid y retransmitirnos los viacrucis, vigilias, misas, de la visita del Papa, que antes ignoraba la tele socialista.
La verdad, para esta televisión antes socialista y ahora popular bien haríamos en cerrarla y ahorrarnos la millonada que nos cuesta. Apenas se salvan unos cuantos programas pero, ciertamente, se perdonaría el beso por el coscorrón.
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