martes, 26 de julio de 2011

LA PARADOJA DE UNA CALLE MENGUANTE (Página nº 106)

En ocasiones recojo sugerencias que me hacen personas que conocen la autoría de este blog y que me animan a escribir sobre aspectos que ellos consideran censurables o, al menos, necesitados de reforma. Y en esta ocasión hacía referencia a la Avenida de los Deportistas, esa ancha vía que, paradójicamente, han conseguido convertir en un curioso embudo en algunos de los tramos, confiriéndole ese carácter de calle menguante.

Y es que los responsables del tráfico daimieleño han logrado transformar una amplia avenida, la más ancha, puesto que en el tramo que arranca del Lidl y finaliza en su cruce con Dehesa ni presenta una mediana separadora entre carriles contrarios, en un auténtico problema de circulación cuando se circula por ella en la zona que va desde la piscina climatizada al estadio municipal, y donde a veces resulta complicado pasar al tiempo que los vehículos llegados en dirección contraria. Me he encontrado en esa tesitura en varias ocasiones optando por dejar pasar ante la estrechez que provocan vehículos largos aparcados en batería u otros alejados del bordillo excesivamente para que el faldón delantero no roce con él.

Y no digamos para los conductores que tratan de salir de esas zonas de batería o, peor, los que intentan acceder a esa zona desde alguna calle del Barrio del Pilar que se ven obligados a salir a ciegas, en una vía, por otro lado, bastante transitada.

También los peatones tienen su riesgo al cruzar por los pasos pintados, una odisea en ocasiones que ha terminado con algún atropello en la zona.

Ya digo, es paradójico que una calle particularmente ancha termine presentando un aspecto de estrechez y peligro por una mala planificación y, como no, por un mal uso también, de las zonas destinadas aparcar.

Así que como me lo pidieron lo cuento. A ver si alguien toma nota y soluciona el problema.

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