Ya puestos Rajoy, además de pedir perdón, podría haber estado a la altura del Rey y haber añadido ese "no volverá a ocurrir", que al menos hubiera mostrado una intencionalidad. Pero no, se ha quedado en ese ""Pido perdón en nombre del PP a todos los españoles por haber situado en puestos de los que no eran dignos a quienes en apariencia han abusado de ellos".
¿Que no es poco que pida perdón? Pues no sé porque desde lo del Rey Juan Carlos esto de pedir perdón público se ha convertido en una cierta moda escapista y lo mismo lo ha usado Pujol como Esperanza Aguirre antes de que ahora lo haga el Presidente del Gobierno. Y digo cierta moda escapista porque es como situarse en la barrera y distanciarse de los chorizos.
Por ejemplo el PSOE, aunque habrá que ver si van de farol y es una estrategia electoral simplemente, han sacado un documento con más de una treintena de propuestas, muchas de las cuales sí tendrían cierta efectividad para reducir la corrupción, perseguirla y castigar duramente a los corruptos, y que pueden consultarse en este enlace:
¿Por qué desconfiar? Para mí está muy claro, proviene de un partido con claros antecedentes de corrupción, con imputados y condenados, pero además porque algunas de esas medidas que pretenden acabar con la corrupción y regenerar la democracia suponen hacer el camino inverso hacia el que nos llevó ese mismo partido durante sus muchos años de gobierno y por tanto la desconfianza está plenamente justificada.
Y claro, porque se quedan cortos, y estaría bien que garantizaran al 100% la independencia judicial, que se abstuvieran del nombramiento a la carta y por reparto de cargos en los Altos Tribunales, que dejarán de una vez de mangonear los órganos de control para devolverles una verdadera autonomía e independencia, que se atrevieran a cerrar la puerta a tanto cargo de confianza y confiar de una puñetera vez en los funcionarios desarrollando, de paso, medidas que también fiscalicen la labor de estos empleados públicos. Éstas solo por enumerar algunas de las cosas que echo en falta y que serían imprescindibles.
Pero además del perdón presidencial y esta declaración de intenciones bajo desconfianza e incompleta que nos ofrece el PSOE ¿qué más nos ofrecen? Cuarenta años de corrupciones con medidas tímidas si no abiertamente favorables a que dichas corrupciones se extendieran por todos los confines no permiten creer en su capacidad regeneradora.
Hechos, hechos, hechos, medidas claras, contundentes, eficaces, en la línea evidente de demostrar que de verdad les importa la regeneración caiga quien caiga. Eso sí nos haría empezar a creer que hay esperanza contra la enfermedad moral de este país. Un perdón o un farol, por mi parte, ya se lo pueden ir metiendo donde les quepa porque suena como ese alcohólico que promete dejarlo después de Navidad y con las elecciones a la vuelta de la esquina escuchar promesas de regeneración va a ser lo corriente pero ver pasos inconfundibles de que son sinceros va a ser mucho más difícil porque ya nos vienen engañando desde hace mucho tiempo.
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¿Pero cómo va a poder decir ese personaje que "no volverá a ocurrir"? ¿Con la misma legitimidad que dice que "todo es cierto, salvo algunas cosas"? ¿La de "Luis, sé fuerte"? ¿Con la de que "llamaré a las cosas por su nombre y al pan, pan, y al vino, vino"? ¿O quizás la de "¡viva el vino!"? ¿Con la misma con la que ha incumplido el 99% de aquella farsa de programa electoral que tuvieron que improvisar a dos semanas de las elecciones de 2011?
ResponderEliminarSabe perfectamente que cualquier día salta la liebre y lo suyo salta a la res pública. Los recibís de sus sobresueldos, o su situación de excedencia en el registro, o los millones que también tendrá a buen recaudo como todos los suyos en Suiza. Es que estos peperos otra cosa no, pero a patriotas en la indumentaria no les gana nadie. Pulseritas, relojes, cuellos de polo, pines, gemelos de corbata... y a cosmopolitas tampoco. Sobre todo, de aquellos países con normas más laxas en tributación y más estrictos en el secreto bancario. No sé si me explico. Patriotas de postureo. Mindundis que exigen sacrificios ascéticos a sus gobernados mientras ellos se reparten el dinero público a espuertas.