¿PERO EL PUEBLO ESTÁ SUCIO O NO? (Página nº 1326)

El Grupo Municipal socialista ha presentado una moción sobre la limpieza de las vías públicas y el resultado parece más la expresión de una quiniela por las distintas posturas. Así:

Partido  Popular:      Daimiel - Real Suciedad     1
Partido Socialista:    Daimiel - Real Suciedad     2    
Izquierda Unida:      Daimiel - Real Suciedad     X

Pero, entonces, ¿Daimiel está sucio no? That is the question.

Negar la suciedad parece poco menos que inaceptable. Plantear un pueblo sucio y descuidado sin más un error. Mientras el PSOE cargaba las tintas el PP tiraba de orgullo retando a demostrar que ahora no se limpiara más y mejor que antes. E IU, con un sí pero no, con un ni tanto ni tan calvo, como un don Tancredo entre posiciones tan opuestas.

Pero hay cosas que no me han gustado. Una, querer plantear que el PSOE pretendía criticar el trabajo del personal de limpieza cuando no se trataba de eso, lo que era un recurso torticero a todas luces. Que algunas zonas no estén limpias puede deberse a factores como la falta de efectivos suficientes por razones de la propia economía municipal o a la aparición de esos desperdicios dejados allí tras el paso de los operarios de limpieza. En otros casos, como las cunetas, por ser tareas que se efectúen cada cierto tiempo o no correspondan a esos operarios.

Otra, no atreverse a decir abiertamente, por aquello de lo políticamente correcto, que el verdadero problema es que una parte nada pequeña de los daimieleños hacen bien poco por mantener la localidad con cierto grado de limpieza y despreciar con su dejación el esfuerzo que se hace desde el Ayuntamiento, desde hace años, para mejorar el aspecto de Daimiel, con más aciertos que errores.

Otra más, esta más intrascendente, que el concejal de Limpieza me recordara, con su enumeración de calles, a las famosas cucharillas de la ex-concejal Marisa Bartall. Es evidente que los viales se limpian todos y la enumeración específica no aportaba nada especial, como no lo hizo en su momento la enumeración de las distintas variantes de canapés de la inauguración del Edificio Fisac cuando sólo se preguntó por el coste económico.

Ya he dicho aquí que el tema de las deposiciones caninas está sin resolver, que hay sitios como la Iglesia de Santa María que se ha convertido en un meadero público, que las cunetas presentan un aspecto deplorable en algunos accesos, que algunos propietarios no cumplen con su obligación de limpiar los solares, que hay ciudadanos que hacen dejación de obligaciones abandonando elementos que no deben ir a los contenedores de orgánicos ni a los selectivos que hay en las calles. Y eso hace que daimiel, en ocasiones, muestre una imagen poco agradable. Pero también digo que por las mañanas veo a las patrullas de limpieza dejar un buen aspecto en las calles, que cada mañana se nota su trabajo cuando lo comparas con el rastro dejado el día anterior, que el Ayuntamiento pone medios para que Daimiel recupere, al amanecer, un cierto aspecto de limpieza, por efímero que sea, y que el grueso de la responsabilidad compete más a los ciudadanos que todavía no comprenden su papel activo para hacer de la localidad un lugar más limpio y cuidado.

La moción, eso sí, ha terminado en la papelera.

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