Es evidente que, en principio, es un espacio de debate político sobre propuestas y lugar donde se exponen y defienden las políticas llevadas a termino o preparadas para hacerlo y que pueden ser fiscalizadas por la oposición. Pero, en ocasiones, suele convertirse en un gallinero inmundo donde se atesora lo peor de la clase política predispuesta el numerito y la bronca, el desaire y la tropelía, la mala sangre y el exceso.
El ultimo episodio lo han protagonizado su Presidente, Vicente Tirado, y el diputado regional socialista interviniente, Josele Caballero, éste sacó a colación que la casa de Mª de Cospedal estaba custodiada por quince miembros de seguridad. Entonces Tirado ha exigido la retirada de esas palabras y Caballero se ha negado aludiendo a las referencias al coche de Barreda de los populares en otros momentos y en el mismo lugar.
Tirado, entonces, ha expulsado a Caballero y éste se ha negado a salir del lugar, suspendiéndose momentaneamente la sesión.
Y es que, me parece, unos y otros terminan convirtiendo el parlamento regional en un patio de recreo donde se dilucidan asuntos bastante menos importantes o tangenciales a los que de verdad debían ocuparles y preocuparles, un campo de batalla para sus guerrillas políticas lamentables y en donde, como siempre, se impone la bronca al interés general y las malas formas al consenso y el trabajo de colaboración para sacar adelante la situación. Y si finalmente hay ganadores o perdedores tengo claro que estos últimos, como siempre, serán los ciudadanos de a pie.
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