EL FLANCO (Página nº 890)

Justo o no el PP local ha encontrado un flanco para el ataque. Se pudo ver con claridad ayer, en el Pleno, pues independientemente de que las mociones socialistas fueran de ámbito nacional, regional o local, la estrategia estaba ya perfilada y por eso tanto Mª Dolores como Mª Carmen iniciaron sus turnos de réplica a ambas mociones con sendas argumentaciones casi calcadas y referidas a que Cristina Maestre no está ni se la espera, a que pretende convertir el Salón de Plenos en un miniparlamento regional o que ha abandonado la política local ocupada en su nueva labor.

Sí, es el flanco, y vista la reacción es evidente que van a reiterar esa vía de ataque en sucesivas sesiones, no tengo duda.

Pero el resultado, con esto, fue, de nuevo, un pleno envenenado, agrio, desabrido, demasiado centrado en esa forma de descalificación personal más que política y que parece enquistarse tras tantos años de enfrentamiento.

Es cierto que proliferan las mociones de ámbito regional sobre las locales. Las del PP en la oposición eran casi todas así, también bastantes de las de IU y lo son, en su mayoría, las presentadas en esta legislatura por el PSOE. Lo que cambia es que ahora echan unos a otros en cara lo que antes se hacía en sentido contrario, nada más. Porque todos quisieron en bastantes momentos convertir la sede plenaria municipal en caja de resonancia de mociones regionales o nacionales y seguirá pasando.

En cuanto a que Cristina no pase más tiempo en Daimiel debido a su cargo regional le corresponde a su decisión y ya está pero eso no va a evitar que el flanco esté ahí, abierto cada dos por tres, porque así se ha atacado a Cospedal y sus consejeros, a Barreda y su vivienda en Madrid, y estoy seguro que será flanco de ataque en sitios como Tomelloso o Ciudad Real, por ejemplo, donde sus alcaldes, a la vez parlamentarios en Madrid, pasarán varios días a la semana fuera de su ciudad y ocupados en otros temas que les obligarán a delegar en otros sus tareas.

Yo ya he defendido que todos los políticos debieran tener un único cargo remunerado y dedicarse a él en cuerpo y alma, renunciando a los demás. Se cerrarían flancos de ataque y se destinarían todas las energías a una misma labor. Pero como no es así, guste o no, a Cristina le van a recordar más veces esta situación y en este vaivén de malestares, acusaciones, ironías y arrebatos se nos va a distraer lo principal, que difícilmente los concejales entenderan que son un todo para conseguir lo mejor para Daimiel y eso exige control y fiscalización pero también participación, diálogo y acuerdos.

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