miércoles, 4 de enero de 2012

PEQUEÑOS PLACERES CON IMPORTANCIA (Página nº 606)

Vengo de cenar con unos amigos, esa clase de personas con las que uno se siente siempre bien hasta el punto que ya no concibes la vida sin tenerlos a ellos, gente con la que has viajado y compartido los buenos y malos momentos y a los que jamás podrías pedirles más de lo que te dan ya. Y hemos hablado de placeres, placeres sencillos que te hacen sentir bien y que están al alcance de cualquiera, completamente gratis.

Puede que ellos, como yo, nos movamos en un mundo de intangibles o de realidades tan naturales y al alcance que encontramos la felicidad en tan pequeñas cosas como esa conversación tranquila, sosegada, nada ceremoniosa pero muy gratificante que nos hace reunirnos una y otra vez. Sí, pequeños placeres con importancia a los que regresamos siempre porque nos dan la vida y nos hacen sentir bien.

Nunca sabré que alumbra una amistad así, que fuerza se esconde para que personas a las que no conocíamos antes pasen después a ser imprescindibles en nuestras vidas. Supongo que además de la empatía debe estar ese territorio común de lo sencillo, del gusto por esos placeres cotidianos y elementales que nos vinculan con tanta fuerza e intensidad. Nunca sabré cómo se origina, es cierto, pero es de lo mejor que nos puede pasar, que nos ha pasado.

*

2 comentarios:

  1. Yo estuve presente en esa cena y te aseguro que disfruté tanto como tú. Un abrazo y gracias por vuestra amistad.

    ResponderEliminar
  2. Pues.... a mí también me hubiese gustado haber estado con vosotros je je.
    Y es que tambien aprecio y disfruto de esas pequeñas cosas cotidianas que al final es lo que nos hace sentirnos bien. Las valoro y mucho!

    ResponderEliminar