miércoles, 19 de marzo de 2014

HIJOS REHENES (Página nº 2439)

No siempre es así, es cierto, pero en muchas ocasiones te encuentras con niños rehenes de sus padres, pequeños y no tan pequeños que se ven involucrados a su pesar en los procesos de separación de sus padres y que consciente o inconscientemente comienzan a ser utilizados por estos para dirimir sus problemas personales y legales.

Los niños, menores ellos, son en esas ocasiones obligados a entrar en ese conflicto, casi siempre a su pesar, porque quienes han de protegerlos de ello olvidan su responsabilidad de mantenerlos al margen llevados a veces por la beligerancia de ese proceso casi siempre traumático y que tiene como principales víctimas, que no únicas, a los propios menores. 

Y uno de los ámbitos donde más se notan estas circunstancias son en el escolar, donde es muy fácil apreciar como este tipo de situaciones no resueltas amistosamente afectan de manera clara a los hijos no solo en su rendimiento académico sino. y de forma más clara, en su cotidianidad, y comienza a vérseles desorientados, apáticos, distraídos, tristes, a veces obligados a tomar partido y entrando en conflicto ante esa elección.

Desde que empecé a trabajar, ya casi tres décadas, he podido conocer muchos de estos casos, cada vez más, y vemos sufrir a unos niños a los que se les rompe su mundo cercano, como en cualquier separación, añadiendo en los casos de separaciones traumáticas un añadido de incertidumbre, incomprensión y tensión que por su edad no saben y no pueden gestionar. Y en casos extremos estos chavales terminan cayendo en esa situación de rehenes donde cada padre quiere atraerlos a sus intereses y argumentos de cara a la resolución legal de sus problemas, lo que emocionalmente los deja en el total desamparo.

Los adultos no parecen darse cuenta de esa fragilidad, o si se dan parecen supeditarla a otros intereses personales. Y la solución ha de llegar del buen criterio judicial y a veces ni así porque el conflicto no siempre es resuelto a satisfacción de las partes y se va eternizando, enquistando, hasta prolongar irremediablemete el sufrimiento de estos pobres niños rehenes.

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2 comentarios:

  1. Aunque pueda parecer un brindis al sol, hay que currarse la Educación Emocional, no sólo para que los niños de hoy puedan hacer más llevaderos sus problemas, también para que cuando sean adultos, sean mucho más consecuentes y maduros con sus decisiones, y perjudiquen lo menos posible a sus hijos.

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    1. LO QUE DEBERÍAN HACER LOS ADULTOS ES SER COHERENTES CON SU OBLIGACIÓN DE PROTEGER A SUS HIJOS,NO INTENTAR PROTEGER SUS PROPIOS INTERESES

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