En el pasado pleno el portavoz de IU citó las primeras líneas de esa canción inmortalizada por Labordeta. Y me van a perdonar pero a mí me sale esta otra menos esperanzada y más desesperanzadora:
"Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga corrupción"
¿Y por qué? Sencillamente porque con el paso de los años no veo que los gobiernos ni los partidos luchen realmente por la desaparición de sus corrupciones. No es que los primeros no legislen en contra, que lo hacen poco y mal, ni que los segundos expriman los mecanismos internos contra sus corruptos, que lo hacen aún menos y peor, es que suelen moverse con más eficacia para taparla que para erradicarla y eso termina por tumorar la vida política, extender la sospecha sobre todo cristo y entender que no hay remedio.
Incluso nos sorprende saber que la financiación ilegal de los partidos ni tan siquiera constituye un delito, al menos antes de la reforma en la que se está trabajando, lo que teniendo en cuenta que tal cosa se debe a la voluntad de los propios legisladores, que han sido y siguen siéndolo, los partidos que en cada momento gobernaron, ya dice mucho de la voluntad real de no luchar con eficacia contra los usos corruptos. Pero es que, incluso, las penas por corrupción tampoco es que pretendan ser ejemplificadoras y uno llega a la conclusión de que los políticos gobiernan para protegerse y no para protegernos a los demás contra la corrupción.
Sí, cada vez es más notorio que la corrupción es un mal generalizado, producto de la debilidad humana pero también de la voluntad de no dificultarla, del intervencionismo político en la justicia y de la poca beligerancia social contra ese proceder.
"Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga corrupción"
Lo mismo hace mucho tiempo que la estamos contemplando.
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