LOS 122 EUROS DEL PRESIDENTE MURCIANO (Página nº 1771)

Vivimos en el país de la risión, donde un presidente autonómico como el de Murcia declara no tener más cuenta corriente que una en la que hay 122 euros. Con los años que lleva gobernando en esa comunidad autónoma, a pesar de su enorme sueldo, sus muchos gastos pagados, sus dietas, este pobre hombre pobre no tendría ni para irse a llenar el carrito al Mercadona. Eso o debe ser de los de dinero en el colchón o bajo las baldosas porque si no es la monda que presente una declaración de bienes mendicante, de las de pobres de pedir, a pesar de los dos viviendas, dos vehículos y una finca, de los que no puede domiciliar ni un triste recibo de la luz para no dejar la cuenta al descubierto. ¿Qué pasa, que no le ingresan el sueldo en cuenta o saca todo como los "agüelillos" de mi pueblo?

 

Vivimos en un país de risión que ha conocido episodios similares pero no tan sonrojantes con las declaraciones patrimoniales y de bienes de Camps o Chaves y que nos hacen creer que ese procedimiento de transparencia no sirve de nada cuando gente tan relevante parece cachondearse del personal presentando esas cifras.

 

Vivimos en un país de risión en el que pillado otro presidente en el yate de un también relevante capo de la droga, cuando daba sus primeros pasos políticos, ni se sonroja y achaca el asunto a su candidez ingenua y a una campaña de los malotes socialistas contra él.

 

Vivimos en un país de risión donde los payasos hacen caja desde sus puestos importantísimos pero confiesan pobreza y, porque les da vergüenza posiblemente, porque si no tendrían la desfachatez de pasar la gorra diciendo eso de "darme algo, que malo es de pedir pero más malo es de robar".

 

Vivimos en el país que merecemos porque aceptamos todo esto con normalidad cuando de normalidad no tiene nada de nada.

 

 

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