Rajoy, como sus antecesores, se ha ido de vacaciones al palacete de Doñana, pero también a pensar qué soluciones necesita este país para salir de la crisis. Lo que ocurre es que no se termina de barruntar mucho bueno porque al final las soluciones parecen ser para unos pocos y siempre los mismos.
Y así sale este sonetillo doñanero y poco esperanzador:
Rajoy se marchó a Doñana
en busca de vacaciones
y también de soluciones
para reflotar a España
aunque con su poca maña
son malas las previsiones
y más las preocupaciones
porque meta la guadaña,
que en eso es todo un artista,
otra vez al pensionista,
al dependiente o parado,
a sanidad o a la escuela,
mientras mima a su clientela
que nada les ha faltado.
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