Daimiel también son sus pintadas, sus malos grafitis y sus grafitis bien ejecutados,creativos y estéticamente agradables. Estos últimos, generalmente, realizados en espacios cedidos para la ocasión y renovados periódicamente. No el resto.
Precisamente son ese resto el que llama la atención porque ni tan siquiera le es atribuible el carácter reivindicativo que antaño lograba expresar en los muros lo que parecía imposible en otros espacios, y sin que por ello pretendiese yo justificarlos. Y mucho menos puedo atribuir buen gusto, calidad o valor a esa cantidad de probaturas, grafismos torpes, recurrentes imágenes, firmas reiterativas y declaraciones más o menos memas que proliferan últimamente y que solo consiguen dar una imagen de suciedad, de dejación, sobre las fachadas de nuestra localidad.
En el fondo nos atosiga la inercia, la de los que cogen el bote y se creen en posesión de cierto espíritu artístico por más que eso derive en mamarrachadas o pintarrajos carentes de cualquier talento, la de quienes piensan en ello como un mal inevitable y la de quienes no piensan ni en borrarlos creyendo que la pared limpia atraerá, incluso, a más pintarrajistas. Pero el efecto sobre el paisaje urbano no suele ser nada estético ni agradable sino que lo degrada otorgando esa otra sensación de desidia, de abandono y suciedad.
Hoy cualquiera coge un spray y deja su estúpida huella incívica. Frente a grafismos tolerables, incluso atractivos, nuestras calles atesoran la "surre" pinturera que solo afea y enmugrece el paisaje urbano daimieleño, justo el Daimiel que menos deseamos.
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Gracias por escribir dde este tema.
ResponderEliminarAñádele a este desagradable paisaje la falta de conciencia y de vigilancia que significan "las florecillas" que los perritos nos dejan por las aceras y parques.
ResponderEliminar¿Para cuándo una norma severa, recta y de verdad efectiva que nos libere de padecer esta lacra estética, sanitaria y de suciedad que esto nos supone?
El que de verdad quiera perro quer lo disfrute pero que no nos haga "disfrutar" a los demás de sus inconvenientes.