Vaya por delante que soy bastante escéptico con estos temas pero lo cierto es que no hasta el grado de negar lo que no comprendo y aunque, como dice la madre de una buena amiga mía, soy de los que prefiero creer que ver y hasta en lo primero me cuesta mucho hacerlo, he de decir que me ha interesado mucho esta figura de Josefilla, de la que apenas sabía nada y que tras algunos datos que alguien me ha aportado esta tarde, ha conseguido captar mi interés.
Y la verdad es que mañana tendré muy difícil estar en la presentación del libro de Mª Ángeles Martín de Almagro, aunque haré todo lo posible, pero de lo que estoy seguro es de que de forma inmediata me sumergiré en su lectura para descubrir a esta mujer y su peripecia vital que, al parecer, ha conseguido permanecer en la memoria de muchos daimieleños y perpetuar un cierto culto popular de gentes que visitan el lugar del cementerio donde están sus restos y dejan allí su tributo de cera y fe.
No deja de ser uno de esos casos extraordinarios por los que una persona modesta, que nunca buscó la relevancia, obtiene cobijo en el recuerdo de sus paisanos, e incluso en los que jamás la conocieron pero que vieron transmitir por generaciones, a través de ellos, la excelencia de aquel personaje al que aún hoy se atribuye una capacidad de intermediación divina. Y es precisamente eso lo que más me interesa, comprender ese proceso que termina convirtiendo a alguien así, casi a su pesar, en un referente para gentes de su pueblo que llegan a encomendarse convencidos de su capacidad intermediadora.
Seguramente mañana ya me acerque a ver ese pequeño rincón del cementerio que convoca tanta visita y que me era totalmente desconocido hasta hoy mismo, e incluso pregunte a mi madre que, estoy seguro, algo debe conocer de esta Josefilla que ahora se da a conocer a quienes como yo ignoraban su existencia a través del libro que mañana se presenta. Y es que soy bastante curioso, lo reconozco, y esta es una historia que ya no puedo desdeñar.
*
Hola Totem. Traigo una noticia de esas que no salen en daimiel.es. El Punto Joven ha empezado a cobrar una cuota de 5 euros a los chicos que quieran entrar. No se que te parecerá que los jóvenes, que tienen escasas posibilidades en Daimiel, encima tengan que pagar por hacer uso de un edificio público. Se ve que con hacerles una zona de botellón alejada para que los buenos ciudadanos no los vean ya es suficiente en materia de juventud.
ResponderEliminarSi que eres curioso. Ya me lo contaras
ResponderEliminartotem gracias,ayer te firmé algo para tu madre.un abrazo
ResponderEliminar