Y digo que llego tarde porque mi intención era fotografiarlo en esa dolorosa curvatura, a pesar de que alguien, supongo que desde la concejalía pertinente, había tratado de socorrer al ejemplar con un costurón de alambre, el que se ve en la primera imagen, para que el arbolillo no llegara a perderse. Porque, al menos ayer, esa era la imagen, la de su pequeña copa casi a ras de suelo, rendido a la fuerza vandálica de algún mal bebido que agudizara su estupidez, y mi pretensión era, con la foto, que el árbol luciera, de nuevo, enhiesto, erguido, vertical, orgullosos todos de haber abatido a la idiotez humana, casi siempre tan destructiva.
Esta mañana ya lucía así, después del buen trabajo de quienes contra la estupidez ofrecen sentido común, cuidados, auxilio a estos seres vivos siempre amenazados en territorio urbano. Y ahora sólo cabe ver su evolución y, llegado el momento, y si consigue cicatrizar su herida, ir aliviando el cableado para que su tronco no sufra el estrangulamiento de lo que ahora trata de ser su salvación.
Es, desde luego, muy triste ver como el alcohol exacerba esos impulsos destructivos, la barbarie ligada a la idoicia humana cuando se desinhibe y deja escapar al gilipollas que llevamos dentro.
Una loable acción, por parte de quien haya sido; lo triste es saber que cada año se malogran árboles por docenas; muchos de ellos ni tan siquiera se reponen, haciendo de esta tierra y de las calles de la localidad un lugar un poco más inhóspito cada día, sobre todo en verano.
ResponderEliminar¿Ejemplos? tenemos muchos, por citar el paseo-dique junto al Azuer (territorio comanche, por otra parte, con el nuevo botellódromo); Paseo del Carmen y Avda. de los Poetas (muchos víctimas de una excesiva poda); en la Plaza de San Pedro, que aunque rebrotan resignadamente, cada vez están más bajos y deteriorados; y en calle Dehesa, frente al C.P. Infante y la Motilla, muchos de los cuales parecen haber sido parcialmente descortezados y aún así, resisten. Una sociedad que denigra, en conjunto, de los árboles y de los múltiples beneficios que de ellos obtiene, está condenada a vivir en un erial, como ya ha pasado con gran parte de nuestros campos. ¿para cuándo algún responsable se atreverá a volver a plantar árboles -o permitirá hacerlo a quienes tengan sensibilidad ambiental- en los caminos que hagan el trayecto agradable en esta tierra de extremos?
CIUDAD SIN ARBOLES, MERECERIAS UN CIELO SIN ESTRELLAS.
ResponderEliminar¡GRACIAS por preocuparte de estas pequeñas cosas!
ResponderEliminarOjala se salve el arbol, y la persona que
ha ocasionado esto.