¿ACOJONADOS? ¡NO! (Página nº 1241)

No es acojonamiento, es indignación. Esperar un juicio equilibrado de quienes miden el trabajo docente en términos de horas laborales sería tan absurdo que casi no merece la pena ni entrar a contestar, porque quienes lo hacen desconocen casi todo lo que desde la pedagogía y la didáctica tiene que ver con el aprendizaje y con la enseñanza, con los ritmos, los periodos de descanso y trabajo, y por eso conciben los colegios como centros asistenciales de depósito de alumnos, y abrazan, rápidamente, ideas para que se incrementen horarios y se dé respuesta social a la necesidad de las familias que trabajan, hasta el punto de desnaturalizar la educación y convertirla en un servicio compensatorio de otras carencias que la propia educación no ha provocado ni le corresponde solucionar.

A veces se recurre a comparativas con otros países y, como siempre, aunque se pueda discutir la distribución de los periodos activos y los descansos, no hay apenas diferencias entre unos sistemas y otros, y sí, posiblemente, diferencias mayores en cuanto a los niveles de formación, la importancia que se da a la educación y los resultados, y en todo ello hay un peso claro de las decisiones políticas y las dotaciones presupuestarias, tanto para los más valorados como para los más denostados.

Pero como suele ocurrir lo que molesta es el asunto de las vacaciones, y en esta tesitura se hace un reduccionismo a horas y jornadas, como si el resto del tiempo todos fueran holgazanes vividores. Pero resulta que la mayoría de docentes que conozco dedican mucho tiempo a su formación, son personas con inquietudes que realizan cursos,extienden sus estudios universitarios a otros campos, atesoran conocmientos muchas veces de forma no reglada sabiendo que todo repercutirá en su propia tarea. Otros no lo hacen ya pero lo hicieron antes, porque el colectivo de docentes muestra siempre esa actitud inquieta.

Si se quieren encargados de clases que trabajen ocho horas diarias, durante once meses, que busquen otro perfil que el docente. Si quieren plena ocupación de centros para conformar a los envidiosos y contentar la demanda social de guardaniños pues que busquen cuidadores, porque la educación es otra cosa bien distinta y que casi nunca se ha tomado en serio, lo que prueba que haya tantas opiniones sobre la educación que se detienen, precisamente, en los aspectos mas marginales de ella. Quieren operarios porque la educación ni les interesa,

No, no estamos acojonados, estamos indignados porque nos hayan convertido en una especie de enemigo social en este país decididamente lanzado al cainismo contra el funcionario, como si este hubiera sido el culpable de todos los males de este país donde casi nunca quieren reconocerselas responsabilidades propias.

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