Aunque no lo parezca la foto está hecha con un minuto de diferencia, lo que se tarda en ir de la terraza del Santi a la Plaza de Santa María. Pero si atendiéramos al reloj de dos esferas de la iglesia de Santa María la operación nos hubiera llevado casi cuatro horas y media, las que va, desde la parte orientada al oeste, que marca las ocho menos once minutos, y la orientada al este, que marca la hora real y que nos decía que, sí, estábamos en las doce horas y catorce minutos.
Es lo que ocurre cuando tenemos un reloj con "trastorno bipolar", empeñado en no coordinar sus horarios y tratar de confundirnos y desorientarnos.
Por cierto, no me he dado cuenta del reflejo de la esfera en el tejado hasta colgar aquí la foto, un guiño del reloj que sí marca bien las horas.
Para que mirar este reloj si el del móvil, que todos tenemos hoy en día, funciona a la perfección.
ResponderEliminarYa ni siquiera se hace uso del reloj de muñeca