jueves, 14 de enero de 2016

SONETILLO PIOJOSO CON LA REINA DEL VÍDEO-JUEGO O DEL MIEDO AL CONTAGIO (Página nº 3437)

Celia Villalobos, premiada con una nueva Vicepresidencia y, supongo, la última versión del Candy Crush Saga (leer Candy Crash) ha venido a decir que no le importan que lleven rastas pero que las lleven limpias que no quiere que le peguen los piojos. No le importa que le peguen las malas costumbres como estar de por vida viviendo de la política, usar la tablet que pagamos todos para echar partiditas del famoso juego mientras preside algo tan poco importante como el Congreso o liarse a voces con el pobre chofer como una arrabalera cualquiera, pero esos malos pelos que han llegado al Congreso, esos, cuidadín porque pueden ser unos piojosos y eso ya son palabras mayores. Para mí que más que preocuparle los piojos le preocupa que estén allí, que las gente hayan podido votar a esos individuos con tan mala pinta, que ni siquiera tendrán puta idea de jugar al Candy Crash pero llevan bicis, charangas, bebés y otras desconsideraciones ofensivas para la gente de bien. No parece molestar la mugre de la corrupción pero los piojos... esos chupópteros de vulgaridades como la sangre en vez de chupópteros de "delicatessen" como las comisiones por mediar que hay que hacerlas bien arregladitos, con trajes y corbatas de mil euros y un peinado perfecto y engominado.

No sé, me apetecía sacar un sonetillo burlón a cuenta de las palabras de Celia Villalobos:


Celia no oculta su enojo, 
se la ve como alterada, 
nerviosa, malhumorada,
porque ve ya mucho rojo

y les mira de reojo
tanta greña incontrolada,
y vigila preocupada
que no le salte un piojo.

-¡Manolo, coño, ese coche!
¡Que ya no lo aguanto más!-,
y no cesa en el reproche

mientras sale a todo gas
camino ya de la noche 
la señora "Candy Crash".




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13 comentarios:

  1. Es un hecho. Los mayores ladrones de la historia de este país han ido siempre impecablemente vestidos, con traje y corbata.

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  2. Como decía su supuesto libro sagrado, son sepulcros blanqueados. Tan aparentes por fuera como corrompidos por dentro.

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  3. Nivelazo de declaraciones de doña Celia, siempre tan presuntuosa

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    1. ¡Y reelegida vicepresidenta del congreso! ¡¡A jugar se ha dicho!!

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  4. Una pregunta sencilla y larga, ¿como han de ir los empleados de una carnicería, supermercado, pescadería o los que se dedican a la elaboración de productos de alimentación, o los que se dedican a estar cara al publico, como puede ser los médicos, empleados de hostelería, maestros, etc?

    Que impresión darían estos trabajadores al resto si van con rastras y sin asear

    Como se vería que el presidente del gobierno, un ministro, un alto cargo o un juez, policia etc, fueran con rastras, y tambien sin asear

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    1. Mira, no sé si iban aseados o no, pero en cuanto a la imagen se trata de una convención social más que otra cosa. Si los profesionales de cualquier oficio van de una manera determinada lo hacen por esa misma convención que ha funcionado siempre y puede que piensen que ir de otra manera les perjudicaría porque la primera impresión es por la que se suele juzgar a la gente.

      Ahora bien, ¿ha de ser así? Yo veo al cocinero David Muñoz con su imagen poco convencional, con ese aspecto que podría pensar en un tío guarrete, y no pienso que quien va a comer a su restaurante de tres estrellas crea que su cocina no guarde la pulcritud e higiene que se exige para quien da de comer.

      Por cierto, en los 90 conocí un maestro de Sonseca con rastas y hemos tenido algún práctico con ellas también, aunque no sea lo normal. También me he encontrado con algunos camareros con rastas. Puede que mucha gente prefiera otra imagen pública pero también sería absurdo que gente que toda su vida ha ido de una manera, que ha sido elegido siendo de una manera, ahora, por ser diputados, se cortasen el pelo y se vistiesen de traje a medida.

      En el fondo lo que nos interesa es que sea un buen médico, maestro, político, carnicero, pescadero, camarero. Que guarde las normas de higiene también. Lo demás debería ser irrelevante o secundario. Y estos políticos, con ese aspecto, están ahí porque, legitimamente, han sido elegidos como diputados, nos guste o nos disguste.

      La higiene personal es una forma de respeto hacia el resto. Si huelen o no alguno de ellos, del partido que sea, pues me parecería mal como gesto hacia los demás, pero mientras no exista la televisión con olores lo que he oído es a una periodista (que en su intervención en Espejo Público focaliza en Podemos pero luego llega a decir que hay de varios partidos y no solo de Podemos) y a Villalobos en su "por si acaso".

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    2. Hoy en día hay miles de profesores y médicos con rastas, piercings, tatuajes, etc. A los que en un trabajo se les obliga a cambiar su aspecto no son más que fascistas, retrogrados que ya no saben el mundo en el que pisan.

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  5. Al PP está claro que no le gusta tener gente de la calle, normal y corriente junto a ellos. Se creen élite, son clasistas y tienen miedo de que cada vez más gente se de cuenta de ello.

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  6. Si el futbolista famoso de turno tuviera rastas, no es que nadie se habría quejado es que los padres animarían a sus hijos a hacérselas.

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  7. Es una maleducada, una impresentable, ignorante y clasista.

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  8. ¿De la caspa que desprende el PP no ha dicho nada? Hoy esta señora es el hazmerreir del país.

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    1. Desgraciadamente, solo será el hazmerreir de las personas con un mínimo de sentido común. Para los de su cuerda, y una vez alguien levanta la liebre, son de "sostenella y no enmendalla". Aunque se demuestre que mienten, seguirán perseverando en la mentira y lo harán dogma de fe para sus seguidores y conmilitones.

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  9. Hombre!!!!!!!!!!..... si este muchacho fuera con Tupé sería otra cosa, ¿donde va a parar?

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