UN INVENTO DAIMIELEÑO (Página nº 3408)

No estamos muy acostumbrados a que, en Daimiel, se haga la presentación de un invento creado por un daimieleño. Tanto que cuando me entregaron el sobre con la invitación y vi la fecha me pregunté si no sería una inocentada, aunque viniendo de quien venía y también de quién me la entregaba lo descarté al momento.

He aquí la invitación:

Siempre me ha sorprendido la gente que es capaz de ocuparse en dar respuestas, a veces sencillas, incluso obvias, a los problemas comunes, personas que ocupan parte de su ocio en darle al caletre intentando facilitar soluciones que pueden mejorar aquellas cuestiones que el resto quizá detectamos pero jamás sabríamos resolver. Algunos de ellos comienzan, tal vez por un chispazo, pero luego viene el arduo trabajo de darle forma, elaborar prototipos, establecer la manera de que, además de eficaz, pueda resultar viable económicamente para que finalmente pueda cuajar su fabricación y comercialización compitiendo con otras alternativas.

La sorpresa, en este caso, es encontrar a alguien que crees que conoces pero que ignoras que, entre sus aficiones, pudiera estar este rasgo de invención. Pero Manuel Vicente López de la Nieta, amén de excelente carpintero y bien dotado para el diseño, ha dado con un prototipo de arenero urbano para la defecación de mascotas que va a presentar el próximo 28 de diciembre, en el Espacio Fisac, a las ocho de la tarde, y confieso que tengo una enorme curiosidad para ver qué de novedoso y eficiente puede resultar este artilugio o ingenio, por sí mismo y con respecto a otros prototipos que pudieran ya existir, para dar una solución, al menos parcial, porque siempre dependerá del civismo de los dueños de mascotas, a un problema importante, por ejemplo aquí en Daimiel, como son las cacas de perros en general y las que se dan en parques y zonas de juegos donde se concentran especialmente niños.

Espero, de corazón, que sea todo un acierto, que pueda ser nuestro Ayuntamiento, si confía en este invento, quien primero lo ponga a disposición de los daimieleños, y que pueda tener un amplio recorrido comercial llegado el caso.

Ya digo, no siempre se presenta en público un invento hecho por un daimieleño. Y como agradezco que me haya hecho llegar su invitación personal no faltaré a la cita, aunque ya digo que la propia curiosidad me conducía irremediablemente a acercarme este lunes allí.

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