REGENERACIÓN (Página nº 3190)

Rajoy culpa, entre otras cosas, a la corrupción de algunos los malos resultados del PP. Es lo malo de querer ver el horizonte mirándose la punta de los zapatos. No es la corrupción de algunos, es la corrupción del sistema que afecta a todos. Es, por ejemplo, contemplar como el Caso Gürtell será juzgado por un tribunal de tres jueces, dos de los cuales ya están bajo sospecha por su especial vinculación al partido que nucleariza esa trama, y que en cualquier sistema jurídico neutral, objetivo, independiente, no tendría cabida porque sería inaceptable.

Pero no es una cuestión del PP, no, es una cuestión de una democracia mangoneada por quienes la han venido gobernando, desde el "liberticidio" de Felipe y Guerra asesinando a Montesquieu para su propio beneficio hasta cada una de las decisiones tomadas para controlar la Justicia, los órganos reguladores, con la mera intención de construirse un dique defensivo para cuando pudiera ocurrir algo así como este caso, como antes fueron otros, casi siempre afectados por la corrupción de los partidos o algunos de sus miembros.

El dique está ahí porque, a su vez, promueve la impunidad y cada vez se hace más imprescindible tener jueces de cabecera que templen y toreen a favor cuando la cosa se pone fea, y por eso aparece tanto magistrado con etiqueta de afín que navegan con el viento a favor en una trayectoria velocísima hasta esos cargos claves que tanto interesan a los partidos. Y nada mejor ahora como un Enrique López o una Concha Espejel, con el rastro de afinidades bien definido, para ese quebradero que es la Gürtell,  no por conservadores, que eso es lo de menos, sino por el aplastante tufo vinculante con las decisiones de Génova al que nadie, en su sano juicio, logra sustraerlos.

No es, don Mariano, la corrupción de algunos, es la corrupción evidente de un sistema en el que solo unos pocos están cómodos porque lo han modelado a su antojo e intereses. Y la gente, que empieza a despertar, ha decidido castigar también eso y pedir una regeneración que estando en sus manos nadie espera de su voluntad. Y por eso el castigo electoral, también al PSOE, porque la corrupción ya tiene pedigrí y no pertenece a algunos compañeros sino al modelo que juntos ambos partidos construyeron y que no están por la labor de modificar para impulsar la necesaria y demandada regeneración.

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