jueves, 18 de junio de 2015

EL PAPA FRANCISCO Y EL MEDIO AMBIENTE (Página nº 3188)


El Papa Francisco ha publicado una encíclica, "Laudeato si", que se posiciona claramente ante la acción humana contra el medio ambiente. Sí, contra el medio ambiente. Y en sus palabras, según se deduce de lo que publica la prensa, habla sobre todo el sentido común que, al fin y al cabo, es más legítimo de las personas que cualquier otra fuente de reflexión y que sitúa a este Pontífice mucho más cerca de la realidad que sus predecesores.

Dice Francisco que "hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a explotarla" pero "nosotros no somos Dios. La Tierra nos precede"lo que no deja de ser una verdad incuestionable y objetiva que los poderes políticos y económicos pretenden ignorar. Prueba de ello es que las políticas que vienen desarrollándose desde hace más de un siglo han ido siempre en detrimento de la propia Naturaleza y se han consagrado a una destrucción silenciosa de los recursos pero, al tiempo, en la degradación del medio ambiente que tiene, como víctima, a la propia vida.

Seguramente esos poderes políticos y económicos ignorarán al Papa Francisco. Estos malditos usufructuarios de la Tierra sigue considerándose sus legítimos propietarios y por tanto fomentando medidas que solo perturban, esquilman y destruyen la vida y el medio ambiente, a la par que rehuyen tomar medidas eficaces para detener su irrefrenable deterioro. Y también las autoridades españolas y el poder económico de nuestro país orillará las palabras del Pontífice mientras fomentan nuevos proyectos que desprecian el medio ambiente y refrenan aquellos otros que pretenden ser mucho más sostenibles para la Naturaleza, y sin importarles seguir aparentando sus golpes de pecho, su comunión con la doctrina religiosa, su adhesión como pose a los principios que el Papa representa y fomenta a través de sus palabras.

Vivimos en un mundo perdido de valores. Y eso que hay muchísima gente con valores ciertamente plausibles pero con escasa capacidad para torcer la deriva criminal de quienes toman las decisiones. Sí, digo criminal, porque conducen a la muerte, al agotamiento de los recursos, a la sobredimensión del consumo, a la prevalencia del beneficio económico cortoplacista sobre la sostenibilidad y el equilibrio. Cada día desaparecen especies animales y vegetales, menguan las superficies forestales, se degrada el mar, se deteriora la atmósfera, se contamina el suelo, se agradan las diferencias entre las personas y se comercia con todo hasta ir convirtiendo partes del planeta en zonas hostiles a la vida, y son los gobiernos y los poderes económicos quienes abanderan esa historia criminal que amenaza nuestra propia existencia.

La verdad es que alegra leer estas palabras de alguien con cierta relevancia ética pero puede la tristeza de saber que su encíclica quedará vapuleada por la realidad de las acciones de estos mandatarios políticos y económicos que seguirán a lo suyo hasta que la propia miseria que promueven nos lleve a todos por delante, también a ellos mismos, lo cual no será ni una íntima satisfacción dado el resultado.

Enlace (porque resume y me parece interesante):






2 comentarios:

  1. Este hombre es excepcional como persona.
    Hablan los que estan cerca de el que se preocupa por todos y por todo.
    Me comentaban que va apagando luces por las dependencia del Vaticano y preocupandose por el consumo mal gastado.

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  2. ¿Qué piensa entonces el típico pepero católico de esto? Por un lado están las creencias de su partido de que el medio ambiente es secundario, hay que explotarlo y como no da dinero no interesa. Luego está el Papa, palabra de Dios.

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