Yo estoy a favor de los recortes. Lo he dicho en varias ocasiones y lo mantengo. Yo no estoy de acuerdo con buena parte de las decisiones sobre recortes tomadas por los gobiernos central y autonómico. Lo he manifestado en otras tantas o más ocasiones. Y es que se puede estar a favor y en contra porque se puede compartir la necesidad de controlar los gastos, redimensionar la administración, de bajar el pistón a ese gasto disparatado en el que andan subidos los gobernantes anteriores y que disparaban la deuda como si no fuera con ellos, y sin embargo se puede cuestionar perfectamente el cuánto, cómo, cuál y dónde de los recortes elegidos y pensar que bastantes de ellos no son los adecuados.
Pongamos un ejemplo práctico:
Una familia ve cómo sus ingresos disminuyen significativamente y ya no pueden hacer frente a los gastos que hasta el momento abordaban. Inmediatamente puede pasar por sus cabezas pedir un crédito, renegociar las condiciones de su hipoteca, buscar trabajo o invertir en un negocio que les pueda devolver a su ritmo de consumo habitual, aunque las condiciones que se dan para conseguir cualquiera de estas cosas está muy complicada. Seguro que ya, para ese momento, habrán calibrado la necesidad de recortar gastos y adaptarse a los ingresos, que es lo lógico y justificaría los recortes.
Seguramente esa familia establezca prioridades: pagar los recibos del agua y la luz, la contribución, la hipoteca y comer. También los gastos educativos de sus hijos imprescindibles y los de farmacia que pudieran tener y de los que no pudieran tampoco prescindir. Pero estas prioridades, en algunos casos, también han de plantear estrategias para gastar menos como es el caso de la electricidad, el agua o en la propia comida.
Es posible que establezcan otras prioridades para mantener cierto nivel de gasto que antes tenían y que creen necesario. El uso del coche familiar, una conexión a internet, un teléfono, porque lo vinculen a posibilidad de buscar y encontrar algún trabajo.
Otros gastos, sin embargo, tendrán que desaparecer directamente y el resto reducirlos a la mínima expresión. Si no se puede salir de vacaciones, si ya no se puede cenar todos los sábados fuera, si no es posible estrenar ropa con tanta frecuencia, si se acabó ir al cine en familia o un cambio de decoración debe esperar indefinidamente pues se hará. Incluso si has de prescindir, de tenerlo, de personas que trabajan en la limpieza de tu casa, también lo harás.
Bien, esto lo dice el sentido común, pero las administraciones tienen un curioso sentido de los recortes. A veces su prioridad pasa por recortar más de lo prescindible y en aquellos gastos que más habría de salvaguardar mientras se encapricha en mantener otros muy discutibles o innecesarios, lo que hace que algunas, muchas personas, terminen entendiendo que aunque sea necesario contener el gasto no comparten que se haga de ese modo.
Volviendo a la familia algunos miembros no entenderían que las decisiones pasaran por dejar que nos corten la luz o estar días sin comer o comiendo muy poco para mantener o ampliar el número de personas contratadas para limpiar, o que dejemos sin parte de los libros o las medicinas a los hijos o abuelos para poder ir al vídeo-club o comprar una tele de 80 pulgadas porque la de cincuenta y seis les parece pequeña. Y por eso no se entiende que la administración crezca en cargos de confianza y el presupuesto para pagarles (lo que ocurre a nivel estatal u autonómico) o se mantengan gastos como una televisión regional auténticamente vergonzosa mientras se cierran centros de salud, se despide personal sanitario, se alargan listas de espera y llenan pasillos de urgencias, se prescinde de docentes por millares, se deja de ayudar a muchas familias con dependientes siendo algunos incluso grandes dependientes o se toman decisiones que mucha gente no puede compartir.
Lo dicho, se puede estar a favor de los recortes y, sin embargo, radicalmente en contra del tipo de recortes elegidos. Como yo.
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Has omitido los gastos del vehiculo, tanto los fijos anuales como los variables
ResponderEliminarTambien has omitido los gastos que puedan tener por regalos de cumpleaños, bautizos, comuniones así como los de los donativos que puedan hacer a Cruz Roja, u otra ONG
Los gastos de limpieza de la vivienda, mantenimiento, seguro de la misma.
Tambien los gastos imprevistos que son innumerables
Lo que me ha llamado la atención es que cites las personas que trabajan en la limpieza de la casa, ya que esto está al alcande de pocos por no decir poquisimos y que hayas omitido tantos gastos que se dan día a día
Pues está claro el paralelismo aunque no lo hayas pillado. Comparo contratar más gente para el servicio con meter más cargos de confianza, de igual manera que comparo gastar en una televisión más grande con meter muchísimos millones en mantener una tele que solo sirve para hacer proselitismo político. Igual he puesto otros paralelismos para ejemplificar porque no tengo espacio ni tiempo para hacer una exposición profunda.
EliminarPero bueno, una cosa es mi intención al escribirlo y otra la tuya.al leerlo.
Resulta que tu eres el que entiendes todo y tambien lo escribes, siempre dices que los demas no sabemos leer, o no entendemos lo que leemos y esto llama la atención de todos, menos la tuya.
ResponderEliminarParece que los demas res de res, como dicen en la zona del mediterráneo
Y en lo referente a contratar gente para el servicio, en ningún momento citas estas palabras, por tanto el que resulta que está en el error eres tú, y en caso de estar yo en un error, me dices donde has escrito lo que dices
Pues mira:
Eliminar"Volviendo a la familia algunos miembros no entenderían que las decisiones pasaran por dejar que nos corten la luz o estar días sin comer o comiendo muy poco para mantener o ampliar el número de personas contratadas para limpiar,"
(Penúltimo párrafo)
Conclusión: O no lees o no te enteras.
O ambas.
Paralelismos, eso es lo que propongo.
Y siento que siendo el mismo cansino de siempre termines quedando siempre en evidencia. Yo al menos sé lo que digo y escribo.
EliminarTe estas pasando. Tu no dejas de ser como ellos
EliminarY la ministra ee sanidad se gasta 1200 euros en ir a New York para ver un partido de tenis, a cargo del ministerio (nuestras costillas) y en urgencias en l8s pasillos por que cierran plantas. OLE OLE OLE
ResponderEliminarSolo falta en tu relato la niña que saco en un mitin rajoy .jajaja menos mal que tu no gobernarás nunca . menudo apaño
ResponderEliminarTe pasa lo que al aceite, tu siempre te tienes que quedar encima
ResponderEliminarLos políticos son de los que piensan, que mientras coma el pollo, que escarven las gallinas, osea recortes para todos menos para ellos
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