Acabo de ver la última emisión del programa de Daimiel Televisión "Marcial eres el más grande" y la verdad es que me encanta poder asistir a un programa de personas normales, de la calle, con tiempo para hablar, sentir, expresar emociones, desvelar parte de la trayectoria vital de gente con las que nos cruzamos casi todos los días y de las que desconocemos mucho más de lo que creemos conocer.
Uno se cansa de famosos, famosetes y famosillos, gentes que acuden por promoción de sus libros, discos, series, películas o estrenos teatrales y que acaparan durante unas fechas todos los programas de entrevistas. Sabemos ya casi lo que nos van a decir, siempre encuentran un motivo especial sobre sus otras creaciones para vendernos el producto sin dejar de parecer naturales, encantados de estar allí, siempre simpáticos.
Debe ser por eso que sintonizo más con ese otro tipo de programas que nos descubren personas, casi siempre anónimas y sencillas, incluso intimidadas algo por las cámaras, que nos pueden enseñar sus vidas sin alardes pero, al tiempo, sin imposturas ni máscaras. Y a nivel local, desde luego, el programa de Pepe Ayuga suele darme la oportunidad de toparme con gente común, sencilla, cercana, con vidas llenas de trabajo, ilusiones, decepciones, anécdotas, recuerdos, sobre un hilo conductor vital que nos habla de otras épocas, de sus dificultades, de sus logros, y nos hacen entender lo complejo del ser humano, esos valores que articulan la vida y que no distan tanto de la de los demás.
Hoy la protagonista era Monchi Torres, algo así como la matriarca de Comercial Daimieleña, y lo cierto es que he disfrutado de la entrevista precisamente porque me ha resultado cercana, sencilla, sin artificio ni simulaciones, y entiendo que ello facilita empatizar con quien nos cuenta a grandes rasgos su peripecia y la de su familia sin ningún afán presuntuoso.
No, la verdad es que no hay demasiados programas así, cuyos protagonistas sean gente anónima, como si solo esperáramos algo importante de quienes han destacado por algo. Hay vidas fascinantes que desconoceremos si no se dan oportunidades de descubrirlas a partir de entrevistas a gente que habitualmente no existen para las televisiones o las radios y he conocido a varios que hubieran merecido sorprendernos con sus vidas, sus duras vidas tras guerra y posguerra, con episodios que yo pude conocer de su boca y que alumbrarían conocimiento sobre toda aquella complicada época.
Ya saben, en febrero de 2012 me declaré "pepeayuguista". Unas veces más que otras me interesan sus entrevistados, me hacen quedarme pegado a la tele. Es de las pocas ocasiones que uno tiene para ver otra cosa a pesar de los muchos canales que se nos ofrecen y compartiendo o no algunos de sus guiños y bromas es una suerte que se haga aquí, en nuestra tele, con nuestros paisanos.
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