Hoy caminaba por la zona del Camino de Cañadillas, entre la zona de Los Pozos y la Granja Escuela y como iba acompañado quería mostrarle la piedra pintada por Terriza en esa zona y que ya mostré en la entrada "Bienvenidos a Daimiel":
Pues bien, al llegar observo cómo los indeseables que prosperan en nuestra ciudad habían decidido que les molestaba la piedra decorada y la habían derribado, quedando de este modo:
Uno piensa qué diablos lleva a alguien a hacer el mal, derribar o destrozar algo que no está allí para molestar ni estorbar ni perjudicar a nadie, en que coño están pensando estos indeseables para que su cerebro solo destile vandalismo y mala fe, para que sus vidas se justifiquen con acciones tan estúpidas como incívicas tal que la que vemos aquí.
Pero lo cierto es que, como digo siempre, los pocos indeseables tienen más capacidad destructiva y de daño que la capacidad creativa, colaborativa, de los muchos. O al menos su acción se ve mucho más que los de la mayoría y tienes la sensación de que no parece haber coto para ellos y cada vez son más.
Basta darse una vuelta para ver que se tronchan árboles, se derriban acometidas de luz, se hacen pintadas sin sentido, naufragan las calles en mierdas de perro, asolan mobiliario urbano, llenan las calles de basura, aparcan donde les sale o circulan por zonas prohibidas y poniendo en peligro a los peatones. En general dedican su vida a despreciar la convivencia, a hacer mal, a perjudicarnos a todos. Son los indeseables que habitan entre nosotros, gentuza definida así por sus acciones y no por otra cosa, personas que nos avergüenzan sin que ellos sientan el mínimo remordimiento.
Hoy ha sido lo de Terriza pero son tantas y tantas veces, tantos y tantos actos, que cunde el desánimo para pensar que esto alguna vez pueda cambiar.
Enlace:
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Daimiel no es tan grande. No debe ser complicado conocer quien se dedica a quemar contenedores, romper espejos de coches, y cosas como la que enseñas. Trabajar con la infancia, ayuda a prevenir conductas de este tipo. Ya se hacía poca cosa y encima se la cargaron.
ResponderEliminarel probrema es q muchos padres lo saben y no hacen nada,y n con ese desanimo q muestran no saben q los proximos en sufrirlo en sus carnes pueden ser ellos
ResponderEliminarNos guste o no, y sin ánimo de generalizar, esto es Daimiel.
ResponderEliminarPues que pena, me hubiera encantado encontrarme estas originales obras de manera inesperada por distintas zonas en mi pueblo, creo que hubiera sido de gran curiosidad e interés tanto para los vecinos del pueblo como para los turistas.
ResponderEliminarPero visto lo visto, no será posible, lo siento por la persona que tan amablemente ha querido obsequiarnos con su arte y no se lo hemos permitido, ni nadie hace para evitarlo.
Que yo sepa las demás siguen indemnes y espero las respeten. Y de la derribada espero que pueda ser recolocada sin haber sufrido daño.
EliminarTambien podemos colocarlas bien nosostros, no esperar a que otros lo hagan
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