Hace muchos años me decía un amigo, hablando de todo ese patrimonio nacional que, en ocasiones, muchas, se veía dejar a su suerte, que siendo imposible conservarlo todo sí que era necesario tener claro aquellas prioridades que por su valor o singularidad era necesario preservar. Y que aunque eso condenabas a iglesias, castillos, construcciones civiles, etc..., ya de por sí pasto de la desidia y el abandono, al menos podía dar oportunidad al resto de acceder a su salvaguarda, restauración o conservación para impedir que terminaran teniendo el mismo final que los anteriores.
Ya entonces tuve que darle la razón a pesar de que lamentaba que eso pudiera suponer la condena definitiva a una parte del patrimonio arquitectónico español, posiblemente el condenado de antemano por nunca haber sido protegido y favorecer que en esos momentos la ruina les hubiese condenado a desaparecer.
Ahora, siguiendo uno de los hilos de facebook al que pertenezco, el Foro de Historia de Daimiel, David Cejudo introducía esta misma reflexión y Juan Gregorio Álvarez, con la buena aportación de Ismael Martín, incorporaban ese otro valor patrimonial que es el bibliográfico a esa reflexión. Y dado que desde este blog ya se ha tocado muchas veces la cuestión incluso desde la conservación de otros patrimonios locales como los archivos fotográficos, las obras pictóricas, las entidades culturales o el patrimonio natural, pues cabe volver sobre este concepto.
Daimiel tiene ante sí el reto de preservar los valores patrimoniales que aún guarda. Y cierto es que algunos, como Las Tablas de Daimiel o la Motilla del Azuer, incluso poseen ya figuras de protección que las aleja, pero solo aleja, del riesgo inmediato. O la Venta de Borondo, a la que ser bien catalogado de interés regional no le ha ayudado en absoluto a garantizar su integridad, en una asignatura pendiente que deja mal a las administraciones. También las iglesias principales pueden sentirse a salvo de la especulación y la ruina. E incluso el Ayuntamiento dio clasificación de bien de interés municipal a algunas edificaciones como viviendas, fachadas o chimeneas industriales, aunque a alguna ni la salvó de la excavadora. O edificios modificados pero, con ello, amparados como el Instituto Laboral de Fisac, convertido en Centro del Agua, o la ermita del Carmen, hoy Centro Cívico. Sin embargo, a partir de ahí, deberíamos clarificar qué interesa preservar.
Cierto es que no todo lo antiguo es patrimonial y tampoco se puede caer en la locura de ponerse bajo protección pero, del mismo modo, hemos de ser conscientes de que corremos el riesgo de no dejar en pie ni una muestra de todo aquello. Por ejemplo, en tema que ya traté, remitiendo a otro blog local, de la catalogación y protección de los bombos daimieleños, hoy al albur de que sus propietarios hagan mucho, poco o nada por mantenerlos dignamente en pie. O, de nuevo planteado en ese blog, la conservación de algunas de las pequeñas bodegas caseras que albergan algunas viviendas y que van siendo presa del derribo. O algunas de las cuevas que encierran muchas de las casas daimieleñas que no fueron aún cegadas y que ofrecen el valor de hacernos entender cómo era la vida de nuestros antepasados. O los patios manchegos, ahora puestos en valor por Fedada, y de los que ya van quedando muy pocos. O las casas de labor, en extinción. O los molinos hidráulicos que perfilaban el Guadiana. O de las casas singulares, como ese palacete de Alvinesa, posiblemente condenado a la piqueta porque nadie ha empezado a plantear actuación alguna para salvarlo.
De todo ese patrimonio de arquitectura popular, y por extensión de la entrada lo he reducido a lo arquitectónico, habrá que decidir salvar aquello que mejor refleje lo que fuimos pero, desde luego, no consentir que todo desaparezca, porque la despatrimonialización es el primer pecado de la ignorancia.
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A este paso nos vamos a cargar todo
ResponderEliminar¿Los motes y apodos daimieleños son patrimonio?, ¿deben conservarse?
ResponderEliminarla casa del ingeniero de alvinesa esta protegida.
ResponderEliminarhaz un recuento de lo que se debe conservar para las proximas generaciones
ResponderEliminarQuizás te hagan caso
Yo te contesto, aquello que pertenezca a áreas del concejal multiusos permanecerá conservado, si es que le interesa. El resto, irá directamente a la piqueta.
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