Una de las razones que se han dado para imponer la asignatura de Religión como parte de las tenidas en cuenta para obtener la nota media, tal como se enuncia en la nueva ley, ha sido, al parecer, detener la sangría de estudiantes que han dejado de optar por ella. Según leo en este enlace de infolibre, tomando los datos del propio Ministerio de Educación:
"En los últimos diez años la matrícula de esta materia ha bajado diez puntos. En el curso 2000/2001 cursaron Religión en centros públicos el 83,32% de los alumnos de Primaria, el 63,71% de los de Secundaria y el 47,68% de los de Bachillerato. Diez años después, en el curso 2010/2011, ese porcentaje bajó al 72,62%, al 53,21% y al 38,16%, respectivamente. Además, es llamativo el descenso que se produce en Primaria una vez que los alumnos hacen la primera comunión. "
No sé por qué me da que en adelante los datos seguirán en esa progresión negativa y que, incluso, esa condición de intervenir en la nota media acelerará la deserción en los distintos niveles salvo que, claro, se pretenda convertirla en la "super-maría" que se utilice, a modo de regalía de sobresalientes, para elevar esa media a cualquier precio e intentar, así, atraer al máximo número de alumnos.
Desde luego, ya digo, que, si al contrario, se le pretende dar a Religión un estatus de asignatura igual, seria, como al resto, donde de verdad se quieran medir conocimientos, competencias y trabajo, la próxima década deparará unos resultados de abandono de la asignatura muy llamativos y el tiro les habrá salido por la culata. Pero si en cambio perpetran ese fraude absoluto y proselitista de hacer del reclamo de la asignatura de Religión su condición de "subenotas" entonces puede que consigan subvertir la tendencia de abandono aunque éticamente no haya nada más reprobable.
Enlace:
Dan a entender que lo que les importa es que el rebaño de ovejas y borregos aumente, aunque la lana no sea buena y den mala leche.
ResponderEliminar