CASTIGADOS POR ENFERMAR (Página nº 1688)

El R.D. del 19 de junio de 2012 consagró el castigo por enfermar en el funcionariado. Pudo prohibirlo, ya puestos, pero no, en una prueba de su benignidad se conformó con considerar a los funcionarios unos potenciales defraudadores de dinero público y decidió castigarles los bolsillos por su desfachatez enfermando ya que, al parecer, enfermaban por encima de sus posibilidades. ¿Para qué iban a delimitar aquellos casos fraudulentos de las enfermedades reales si eso les suponía reforzar con personal las inspecciones médicas? ¡Quita, quita, nada de gasto, todos pseudo-delincuentes y a recaudar!

Pero mientras en el resto del país los tres primeros días suponían perder el 50 por ciento de la nómina, prorrateada la extra que quizá ni te paguen, y el 25 por ciento del cuarto al vigésimo día de baja, en Castilla-La Mancha, que debemos ser los más sinvergüenzas del reino, el culmen de la sinvergonzonería, la señora Cospedal decidió que los tres primeros días no cobrabas un céntimo y que del cuarto al décimo sólo te pagará el 60%. Eso sí, del undécimo al vigésimo el 75%, como los demás.

En esta tesitura si mañana me ingresan de urgencia para operarme de apendicitis, por ejemplo, la Cospedal pensará que esa infección del apéndice me la he dejado desarrollar para escaquearme del trabajo y eso hay que castigarlo. Y si te aparece un tumor y has de someterte a quimio o radioterapia se indignará pensando hasta donde llegamos con tal de no ir al curro y nos sancionará sin sueldo. porque la administración política, a la que nadie controla sus ausencias y escaqueos, ha decidido que esa gentuza de funcionariado lo que no quiere es dar un palo al agua.

Y claro, en esas condiciones hasta los que tienen sarampión acuden a trabajar porque tienen la puta costumbre de comer todos los días, pagar hipoteca y calentar sus viviendas, verbigracia, y entonces no queda otra que mandar a la mierda la profilaxis, la evitación de contagios, y expandir el contagio.

En un IES de Camas, ante esa situación, y tal como salió en la prensa hace unos días, han instalado un hospital de campaña para que aquellos profesores que tienen la desdicha de enfermar no falten al trabajo. Así el resto se ofrece a traerlos y llevarlos de casa al instituto y viceversa y cuidarlos durante la jornada mientras los compañeros se turnan para cubrir sus clases y evitar su agravamiento, y dejo el vídeo del asunto que apareció en youtube:

La enfermedad se ha convertido no en un mal sino, para los políticos, en una actitud antisistema y delincuencial que hay que combatir no atendiendo debidamente al enfermo sino dejándole en la estacada castigando el bolsillo. No importa el efecto contagio, porque de eso culparán también al irresponsable funcionario por no dejarse robar. Es su tabla rasa, en vez de atacar a aquellos funcionarios fraudulentos, caraduras y sinvergüenzas de verdad, que los hay, prefieren generalizar y extender la sospecha sobre todos, sin calibrar que eso es una injusticia se mire por donde se mire y que la verdadera sinvergonzonería es la de aquellos que legislan tratándonos globalmente de potenciales defraudadores, quizá pensando que todos somos como ellos.

El asunto es que sólo se excluyen de estos recortes los accidentes y enfermedades laborales pero la catalogación de estos es muy reducido y no contemplan los ejemplos expresados aquí como la mayoría de enfermedades y accidentes que pueden sufrir habitualmente y que son objeto de incapacidad laboral transitoria. Y el asunto no es que pase con los funcionarios ahora lo que ya sucedía en el ámbito privado, es que en ambos casos es una injusticia que se ha se corregir porque va contra las personas, contra los trabajadores, y el gobierno actual lo ha sacralizado mediante decreto-ley.

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