DESPRESTIGIAR, VACIAR, NO REPONER, PRIVATIZAR: EL DESMANTELAMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN EN CUATRO PASOS (Página nº 1500)

Para conocer los procedimientos de desmantelamiento de lo público casi siempre es necesario estar dentro.Lo que ocurre es que, por necesidades de guión, a veces se va dejando un rastro evidente que ayuda a reconstruir cómo se procede desde el poder para justificar la decisión final y, además, han de dejar ésta bajo los focos en forma de publicación oficial. Porque no nos engañemos, las decisiones que engordan, adelgazan, desmantelan y externalizan servicios públicos corresponden a los políticos y dichas decisiones casi nunca son inocentes.

Por ejemplo, el primer paso que suele darse en esta dinámica es el desprestigio social de los funcionarios y trabajadores públicos. Ésta suele ser una tarea lente, prolongada, sistemática, a la que ayudan los medios afines. Se dejan caer horarios, rendimientos, número de ellos en relación al nº de habitantes, salarios, casi siempre comparándolos con otros países (los que interesan, claro) para hacer llegar a la opinión pública que los que tenemos son muchos, vagos, excesivamente bien pagados y con corta jornada laboral. Presentado así, de modo sesgado, a los pobres les cae la de ser unos holgazanes privilegiados, porque cala fácil en las mentes menos reflexivas (que son mayoría)

El segundo paso, que también corresponde a la decisión política, es olvidarse de convocar oposiciones . De nuevo usan de los medios para dejar claro a la gente que sobran, que hay demasiados, y que es inasumible crear un puesto de trabajo más.

El tercero, en paralelo al segundo, es no asumir la tasa de reposición que cubra las jubilaciones producidas, traslados y otros mecanismos de reducción. Ya no es que se evite tener más sino procurar que sean muchos menos insistiendo en la idea de que con menor cantidad de trabajadores públicos se puede hacer el mismo trabajo o mejor.

El cuarto paso, objetivo final de todas las decisiones, no es dimensionar los puestos de trabajo a las necesidades de servicio sino crear la necesidad de externalizar dichos servicios, incluso recurriendo al argumento de que falta personal y eso obliga a un proceso de externalización/privatización que presentan como imprescindible para poder darse.

El quinto paso es el abrevadero proselitista, repartir estos servicios entre las empresas interesadas y con las que no es difícil encontrar intereses comunes, familiaridades, simpatías políticas, etc..., aunque ya se encargan unos y otros de dar opacidad a todo ese tipo de relaciones más que mosqueantes.

¿Quieren un ejemplo?

En el Boletín Oficial del Estado del 24 de septiembre de 2012, por ejemplo, aparecía la siguiente disposición:

http://www.boe.es/boe/dias/2012/09/24/pdfs/BOE-A-2012-11957.pdf  (Ver especialmente Artículo 1 y 2)

Aunque vale que lean lo que aparece en estas imágenes:

(Pinchar en la imagen para ver más grande)

¿No sobraban?, ¿no se convocaban oposiciones porque no era necesario hacerlo?, ¿no se reponían los puestos perdidos porque eran suficientes para hacer el trabajo necesario y hasta mejorarlo? Ya ven, externalización de servicios por carecer de efectivos suficientes, ¡una verdadera vergüenza después de un proceso voluntario y sistemático de desmantelamiento del servicio público!

Es evidente que el cáncer mayor del sistema son los políticos y no los funcionarios, y me queda muy claro quienes son los que de verdad sobran en cantidad y calidad.

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Por cierto, esta labor de derrumbe la vienen haciendo muchas administraciones con independencia del color político que gobierna. No es cuestión de derechas o izquierdas o, al menos, no es observable diferencias en este proceder.

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